Han pasado diez años y ahí es
nada, desde que te marchaste y cuantas veces nos hemos hecho
un guiño, como tu mejor que nadie sabias hacer como gesto de
complicidad. No veas como hemos cambiado, ya soy abuelo y se
me cae la baba con el niño, en America ha salido un
Presidente afroamericano, la de vueltas que da la vida,
cuantas veces me acuerdo de tu buen paladar cada vez que
pasamos por una terraza y una freiduria. Esta vez fue muy
fuerte querido padre, esta vez la cosa se puso fea y te
imploré a lo más alto del cielo, tanto que me ha dejado
secuelas y voy tirando como puedoo. Aquí está tu legado ,
tus niños, tus nietos y biznietos, tu filosofia y ya tenemos
hasta Templo de la India, a cuantos paisanos les he hablado
de ti, de Hyderabad Sind en Pakistan eso no se nos olvida,
de que llevamos la sangre de la India.
Jamás huiremos, jamás nos rendiremos y quedaremos mirando al
cielo luchando toda la vida. Traigo aquí en el dia de los
padres, unos bellisimos pasajes de unos padres, que hicieron
el penultimo esfuerz de sus vidas, ya que el ultimo es
presentarse ante Dios. Shyam Sajnani fue al Templo a casar a
su hija, mientras el cuerpo le vencia , pero no la fe y las
ganas de ver vestida de boda a Lavina. Tu bello ejemplo lo
tenemos de recuerdo en la vida. El otro Ricardo Castillo
Algar, Coronel de Infantería, Capitán que fue fundador de
los Boinas Verdes de La Legión. El “gorila” como todos le
conocian, hizo un bellisimo gesto que no sabe uno como
contar aquí a esta Ceuta que me ha traido al mundo, tantas
vivencias y tantas historias.
El Coronel Castillo Algar, se encontraba ya postrado en
Madrid con una penosa enfermedad, su hija se casaba un dia
especial para nosotros, el 20 de Septiembre, con la fuerza
de todos sus antepasados del Tercio, Don Ricardo se levantó
de la cama del Hospital, se vistió de gala y fue a la
Iglesia a casar a su hija.
El Coronel fallecia al mes siguiente, Octubre. Dicen sus
antiguos compañeros, que al llegar al cielo ya estaba
discutiendo con Don Tomás Pallás, Fundador de la Bandera
Paracaidista. Cuando al fin le recogieron, entre su pecho
encontraron una carta que le decia, a su divina hija, por ir
a tu lado a verte casada, mi mas bella hija, ya era novio de
la muerte, me estrechó con lazo fuerte y tu amor fue mi
Bandera. A los que se marcharon para siempre, como mi padre,
a los que se les olvidó que ya hacia diez años, a los que
estamos siendo padres y abuelos. Un beso y un abrazo y que
tengamos en nuestro legado el bello ejemplo de estas
historias engarzadas para el resto de la vida.
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