El delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, salió en el
transcurso de la jornada de ayer al paso de las
declaraciones que el día anterior hizo el presidente de la
Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, responsabilizándolo de
la ausencia de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, en
la inauguración de la estación marítima. Según el propio
delegado del Gobierno en Melilla, Gregorio Escobar, “las
palabras de Imbroda sobrepasan el límite de la hipocresía
más absoluta”.
El delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, salió ayer al
paso de las declaraciones que el día anterior efectuó el
presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, en las
que éste aseguró que la ministra de Fomento, Magdalena
Álvarez, “se enfadó” por no haber sido invitada a la
inauguración de la estación marítima de Melilla el pasado
mes de noviembre. Imbroda responsabilizó de esta anécdota a
Escobar, ya que éste “tenía que haber dicho a la ministra
que viniera”.
La Delegación del Gobierno remitió ayer un comunicado de
prensa en el que consideró que “las palabras de Imbroda
sobrepasan el límite de la hipocresía más absoluta”. Según
la Delegación, Imbroda “obvió lo más importante” en sus
manifestaciones, ya que “es difícil que el delegado pueda
proponer a la titular del Ministerio de Fomento asistir a un
acto del que llega a tener conocimiento de su existencia
sólo dos horas antes de su comienzo”.
Además, continuó diciendo que “difícilmente podía cursar
esta invitación a Magdalena Álvarez sin ser el anfitrión de
la ceremonia, que dicho sea de paso, ni siquiera contemplaba
la intervención del delegado del Gobierno ni su firma en el
acta de la misma”.
Por esta razón, la Delegación del Gobierno aseveró que
Imbroda “equivoca los términos cuanto intenta
responsabilizar a Gregorio Escobar del enfado de la ministra
por no haber sido invitada a la inauguración”.
Carta de Fomento
En su comunicado, la Delegación del Gobierno también aludió
a la carta que el secretario de Estado de Transportes,
Fernando Palau, remitió a la Ciudad Autónoma para expresarle
el enfado de Magdalena Álvarez por no haber sido invitada a
la inauguración.
Según la Delegación del Gobierno, en esta carta de Palau,
remitida el 27 de noviembre del año pasado, Palau “le
trasladaba el malestar existente en Puertos del Estado por
haber organizado la inauguración de la Estación Marítima sin
coordinación previa con el Ministerio de Fomento, que tuvo
noticia del acto el día 19, dos días antes de su
celebración, mediante un fax enviado por el presidente de la
Autoridad Portuaria de Melilla al presidente de Puertos del
Estado”.
La Delegación del Gobierno recordó que en esta misiva, Palau
recordaba que la Autoridad Portuaria es un organismo
adscrito al Ministerio de Fomento, lo que “hace necesario,
por un principio de lealtad institucional mutua, que este
tipo de actos sean acordados con suficiente antelación entre
ambas instituciones”.
Asimismo, el secretario de Estado recordó a Imbroda que la
obra de la estación marítima pudo ser ejecutada gracias a
los fondos europeos derivados por el Gobierno central a la
Autoridad Portuaria, organismo que “se nutre de recursos
procedentes del conjunto de sistema portuario estatal”.
Por todo ello, la Delegación del Gobierno sacó como
conclusión que “el PP se jactaba del proyecto de la Estación
Marítima, pero, ahora que los vientos no le son favorables,
comienza a echar balones fuera y culpar a aquellos a los que
ha venido ninguneando a lo largo del proceso”.
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