Hace unos días leyendo este periódico me topé con la noticia
de de que la biblioteca municipal cerraba esta semana debido
a la rehabilitación de los daños que causó el ultimo
temporal. Y no pude evitar sonreírme de pura ironía, al
pensar que ya era lo único que les faltaba a los que van
allí a intentar estudiar.
Me explico: yo he sido y sigo siendo estudiante, a día de
hoy sigo formándome a través de la UNED y durante todos
estos años he escuchado muchos comentarios sobre la
necesidad de una biblioteca en condiciones. En Ceuta sólo
contamos con una biblioteca pública, y de un tamaño no
excesivamente grande, precisamente. La ubicación tampoco es
muy adecuada, porque al estar cerca del instituto Abyla y
del Siete Colinas, la mayoría de los que te puedes encontrar
allí son chicos/as de entre 16 y 19 años que muchas veces
más que ir a estudiar se van allí a pasar el rato, a echar
un vistazo a ver si encuentran al ligue de turno o a
cotillear entre susurros sobre menganita o fulanito que está
sentado un poco más allá. Que al final acabas, o cogiéndote
un gran mosqueo por no poder concentrarte, o contagiándote
del chismorreo del día. Y eso, unido a que a la una y media
ya estás recogiendo porque a las dos te echan, pues que
entre que llegas y te centras, cuando más concentrado estás,
te tienes que ir. Y no vuelve a abrir sus puertas hasta las
cinco de la tarde, que hasta te da tiempo a echarte la
siesta antes de irte de nuevo a estudiar.
Ese horario quizás esté bien para cubrir las necesidades del
estudiante de instituto que no necesita tantas horas diarias
para llevar al día las asignaturas, pero no para el resto.
La mayoría de las personas con las que yo me relaciono y que
llevan años hablando de esta necesidad son estudiantes
universitarios o gente que anda preparando una oposición,
que como todos sabemos no es moco de pavo. Todos estos otros
estudiantes, que son muchos, necesitan una mayor
flexibilidad de horario amén de otra biblioteca orientada a
un estudiante adulto, aunque esto ya va a ser más difícil de
conseguir.
Además las alternativas posibles a ésta como la Biblioteca
Militar, la de Caja Madrid o las de las facultades, tienen
el mismo o incluso un horario más reducido que el de la
pública además de ser más pequeñas. Aún así yo recomendaría
alguna de estas últimas para ir realmente a estudiar antes
que decidirse por la municipal.
En enero se aprobó por unanimidad en el Pleno de la Asamblea
que la biblioteca permaneciera abierta de lunes a viernes de
8.30 a 21.00 de forma ininterrumpida, pero todavía esta
decisión no se ha llevado a la práctica. Ya que muchos
llevan esperando desde hace bastante esta medida, confiamos
en que, al contrario que en otras ocasiones pronto podamos
ver colgado otro horario en la biblioteca y que esto no
quede, una vez más, en agua de borrajas.
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