La cuerda siempre se rompe por el extremo más débil y, en el
planeta fútbol, éste se encuentra en el lado que sostengan
los entrenadores. Ya que, como se suele decir llegado el
supuesto, es más fácil prescindir de un técnico que de
veinte futbolistas. Una máxima que esta semana se ha
comprobado en el entorno de la AD Ceuta, donde Benigno
Sánchez fue destituido el pasado lunes al quedarse sin apoyo
dentro de la directiva. Un respaldo que el preparador
lorquino creía incondicional, después de mantenerse en el
cargo tras superar una primera vuelta para olvidar. Sin
embargo nada es eterno, como demostraron, al despedir al
preparador murciano, Felipe Escane y sus compañeros de
despacho. Quienes, desde que aterrizaran en la entidad ceutí
hace ahora tres años, han comprobado como el nivel de
exigencia supone mayor número de entrenadores. Contando con
cinco responsables técnicos en las últimas cinco temporadas.
Su primera temporada al frente de la AD Ceuta fue en la
campaña 2006/07. Una etapa en la que dieron continuidad en
el banquillo al técnico jerezano Carlos Orúe, quien llegó
para sustituir a Ramón María Calderé en la segunda vuelta de
la 2005/06, con Ernesto Valero de presidente. Un entrenador
‘heredado’ en el que depositaron toda su confianza y al que
le dieron un apoyo incondicional. Teniendo en cuenta que en
las primeras diez jornadas el equipo caballa fue incapaz de
ganar un sólo partido, acumulando seis puntos de treinta
posibles, ubicado en zona de descenso. Una paciencia que dio
sus frutos, ya que a final de campaña los blancos terminaron
en la undécima plaza, con 52 puntos en su casillero, tras
trece victorias, otros tantos empates y doce derrotas.
Un balance que no fue óbice para que la directiva se
planteara un cambio en el vestuario. Reforzando la parcela
técnica con el sevillano José Enrique Díaz, quien llegó para
hacerse cargo de la dirección deportiva. Sin embargo,
mientras Orúe y Díaz planificaban la plantilla, el jerezano
dijo ‘adiós’, obligando a un cambio de entrenador.
Aterrizando en Ceuta Diego ‘Coco’ Quintero, quien fuera
jugador de la extinta Agrupación Deportiva Ceuta en la
década de los ochenta. Sin embargo, el crédito ilimitado que
tuvo Carlos Orúe no fue el mismo del que gozó Quintero, ya
que fue destituido en la decimoquinta jornada tras empatar a
cero en el Nuevo Estadio de a Victoria, con el equipo
situado en la octava posición, con 22 puntos en su haber, y
a cuatro del play off. A raíz de acumular cinco victorias,
siete empates y tres derrotas.
El relevo en la banda lo tomó José Enrique Díaz, quien se
puso el chándal en ocho partidos. Durante el tiempo que
estuvo el sevillano como entrenador, éste acumuló tres
victorias, tres empates y dos derrotas, dejando al equipo en
la octava posición que lo cogió, a la misma distancia de
cuatro puntos.
El tercer entrenador que tuvo la AD Ceuta la temporada
pasada fue Benigno Sánchez, a la postre el definitivo.
Teniendo en cuenta que el preparador lorquino logró diez
victorias, dos empates y sufrió tres derrotas en los quince
partidos que restaban para final de campaña, clasificando a
la entidad caballa en el tercer puesto de cara a la fase de
ascenso, con 66 puntos. Quedándose a un único gol del
ascenso en Girona, tras superar al Pontevedra en la primera
eliminatoria. Méritos por lo que continuó una temporada más
en tierras ceutíes, hasta que fue cesado con el equipo en la
novena plaza a cinco de la fase de ascenso, tras lograr once
victorias, nueve empates y sufrir nueve derrotas.
Ahora, a falta de nueve jornadas, regresa Carlos Orúe. Con
el difícil reto de clasificar al equipo para la fase de
ascenso, se cierra el círculo.
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