El cementerio judío fue el escenario donde se dieron cita
ayer numerosos familiares y amigos que quisieron dar su
último adiós al célebre abogado Menahem Gabizón. Su figura
como jurista ha destacado desde hace años al ser el
colegiado número uno del Ilustre Colegio de Abogados de la
ciudad además de recibir múltiples distinciones como la
Medalla de la Autonomía, Presidente de Honor de la Comunidad
Isrelita, Decano de Honor del colegio de letrados y Medalla
de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
Hace pocos meses, concretamente en diciembre, una de las
plazas de la ciudad, ubicada en los aledaños de la calle
Jaúdenes, era sellada con su nombre. Un regalo que la Ciudad
le hacía para la posteridad.
Una posteridad limitada que se cierra con la despedida del
frío invierno y con su paso, la del célebre e ilustre
abogado Menahem Gabizón. Numerosos familiares y amigos se
dieron cita ayer en el cementerio judío para dar su último
adiós al reconocido letrado, fallecido en la pasada
madrugada a los 84 años de años de edad. Sus más allegados
lo describen con emoción y entusiasmo al recordar su
trayectoria, claro que la melancolía no se deja de lado.
Su sabiduría y valentía han sido reconocidas en numerosas
ocasiones con variadas distinciones dentro del ámbito
jurídico, religioso y social de la ciudad. Así, en 2003, era
nombrado Medalla de la Autonomía; desde hace años, ostentaba
el título de Decano de Honor del Colegio de Abogados. Además
de ex-consejero del Consejo General de la Abogacía Española
y Medalla de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
Pero no sólo sus distinciones y méritos representan su
retrato. “Lo conocí desde muy pequeñito y lo recuerdo activo
y trabajador. Era fiel al mantener de nuestras costumbres y
ha valido para mantener y consolidar la comunidad. Fue el
punto de encuentro de varias sinagogas hasta que consiguió
la actual en 1971. Aunque ya no era el presidente, sí era
uno de los líderes de nuestra comunidad y lo cierto es que
ha dejado un gran recuerdo”, expresó José Bentolila,
presidente de la Comunidad Israelita de Ceuta. No faltaron
en la ceremonia del noble abogado varias autoridades de
Ceuta, tales como el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, el
vicepresidente, Pedro Gordillo, la consejera de Educación,
Cultura y Mujer, Mabel Deu, la consejera de Sanidad, Adela
Nieto, o la consejera de Juventud, Deportes y Nuevas
Tecnologías, Kissy Chandiramani.
A la despedida del invierno se ha unido la marcha de Menahem
Gabizón. Un adiós que no ha dejado indiferente a los
ceutíes, a sus familiares, a sus amigos, sus compañeros.
Aunque todos ellos mantendrán en su memoria el recuerdo de
una persona admirable, un ejemplo y modelo de lo que fue un
valiente en la abogacía y un maestro para sus feligreses.
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La Comunidad Israelita se viste de luto durante siete días
La ley judía estipula tres
periodos sucesivos de luto que disminuyen gradualmente su
intensidad: Shivá (primeros siete días); Shloshim (treinta
días después de la muerte) y Avelut (doce meses hebreos
desde una muerte). El luto comienza con la Keriá (rasgadura
de la ropa que se está usando), que es la manera religiosa
de expresar la amargura por la pérdida de un ser querido.
Otras de las costumbres que durante estos días sigue la
comunidad son: “los varones no se afeitan, algunas personas
ayunan el primer día aunque no es obligatorio, sentarse en
lugares bajos o en el suelo, salir de la casa lo menos
posible, ir a los rezos y volver, no escuchar música y no
experimentar alegrías”, explicó el presidente de la
Comunidad Israelita, José Bentolila.
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