Toñi Palomo, jefa del Servicio del Área de Menores, quiso
quitar hierro al asunto asegurando que “el centro de reforma
no padece ninguna enfermedad”, sino que lo ocurrido “son los
conflictos diarios y cotidianos que sufren cualquier centro
que tenga menores en conflicto social”.
Palomo recordó que los internos en Punta Blanca se
encuentran allí por delitos contra la salud pública, robo
con violencia, asesinato o intento de homicidio y explicó
que se aplicó “rigurosamente” el artículo 54 del Reglamento
la Ley Penal del Menor que permite la intervención de las
fuerzas de seguridad del Estado si hay un peligro que atente
contra la vida de una persona, ya que, según reveló, uno de
los menores blandía un cristal de importantes dimensiones en
su habitación.
Aunque la jefa del Servicio de Menores de la Ciudad reiteró
que lo sucedido es “un acto de normalidad”, también indicó
que desde que dirige el Área nunca se había tenido que
recurrir al citado artículo.
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