Un preso navarro que cumplía condena por tráfico de drogas
en la cárcel de Tánger, al norte de Marruecos, resultó
muerto el sábado al complicarse una infección de oído que
padecía. Su familia ha acusado a las autoridades marroquíes
de “desatención a un enfermo”, no descartando emprender
acciones legales contra la prisión tangerina. Desde el penal
marroquí se ha declinado hacer cualquier tipo de comunicado
oficial, limitándose a señalar que el fallecido sufría una
enfermedad “desde hacía bastante tiempo”.
Francisco Chasco Cabezón, de 47 años de edad y natural de
Pamplona, había sido condenado en 2007 por tráfico de hachís
a dos años de cárcel, de los que ya había cumplido 16 meses.
reo murió de una meningitis bacteriana derivada de su
infección de oído tras dos días convaleciente en un hospital
de Tánger, a donde llegó procedente de la enfermería de la
cárcel. Tratado con antibióticos, el recluso recayó y, según
la familia, pasó el martes y miércoles de la semana pasada,
fiesta del nacimiento del Profeta en Marruecos, en estado
grave dentro de su celda sin recibir atención médica. Si
Chasco hubiera sido atendido en estas fechas habría salvado
su vida, concluye la familia.
Sólo en la prisión de Tánger cumplen condena unos 130
españoles, entre hombres y mujeres, hacinados junto con
otros presos y en muy malas condiciones de habitabilidad,
tanto higiénicas como sanitarias y alimentarias. En 2008 un
total de 148 españoles fueron condenados por los tribunales
marroquíes por asuntos de narcotráfico.
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