No fue fácil para Benigno Sánchez decir adiós. Tanto que, a
los pocos segundos de empezar su alocución, entre sollozos,
las lágrimas saltaron a su cariacontencido rostro. No
esperaba su destitución. Teniendo en cuenta que siempre se
sintió respaldado y que estaba totalmente convencido de que
iba a terminar la temporada en el banquillo de la AD Ceuta.
Algo que no podrá cumplir y que cree se merecía.
Una de las cosas que el entrenador lorquino quiso dejar
claras en su última comparecencia ante los medios de
comunicación de Ceuta fue que “para mí ha sido un orgullo
total y absoluto entrenar a este equipo y el vivir aquí”.
Sin entrar a valorar la medida tomada por la junta
directiva, ya que “ellos toman las decisiones pensando en lo
mejor para el club, por lo que no voy a ser yo quien
cuestione su decisión”. Añadiendo que “nunca tuve la
sensación de que, quedando nueve partidos, me fueran a
cesar”. Concluyendo con que, “si la pregunta es, si alguien
me dijo que si no ganaba a El Ejido me destituirían, es que
no”. Demostrando que se marcha con sabor agridulce, al estar
totalmente convencido de que “el equipo se hubiera metido en
el play off conmigo, siempre lo he dicho, en los momentos
malos, buenos y regulares”.
Después de haberse quedado a un gol del ascenso, y echando
la vista atrás, reconoció que lo más acertado podía haber
sido marcharse el pasado verano. “Tal vez sí, pero creo que
las personas tienen que tener principios, yo di mi mano”,
comprometiéndose para seguir un año más. Una opción que a la
larga puede reultar errónea, teniendo en cuenta que “tuve
alguna opción de Segunda A y alguna importante de Segunda
B”. Aunque para el murciano “los principios son
fundamentales”. Una determinación por la que espera que, “si
alguna vez alguien se acuerda de mí, que piense que fui un
tío honrado”. Descartando hablar de un hipotético regreso a
tierras caballas, al menos por ahora, ya que “mi cabeza y mi
mente no van más allá”.
En cuanto a la plantilla que ha tenido a su cargo, Benigno
Sánchez no quiso entrar a valorar si algunos jugadores
podrían no estar en condiciones de mirarle a la cara por su
comportamiento hacia él. “Eso ahora carece de importancia,
yo ya soy pasado. Ahora lo importante es el presente y el
futuro y que el Ceuta acabe entre los cuatro primeros”. A
los que durante los últimos meses han sido sus pupilos les
pide que “trabajen como profesionales, que luchen por una
camiseta que tiene un peso importante” ya que “ser jugador
del Ceuta, al igual que ser entrenador, es un privilegio”,
apostilló.
También se le preguntó por si se había sentido defraudado
por alguien en el entorno de la entidad, contestando que
“siempre te llevas tus pequeñas decepciones, pero yo quiero
salir como entré, sin hacer ruido, con la máxima educación”.
Así quiso dar las gracias “a la directiva, a quienes han
integrado el cuerpo técnico y han trabajado conmigo y a la
afición”. Una afición que se puede decir no ha tenido nada
que ver en su cese. “Yo creo que no. Siempre me he sentido
muy querido y muy respetado en Ceuta y sólo tengo palabras
de agradecimiento para la afición, que conmigo ha tenido un
comportamiento excepcional. Y lo que intenté es estar a la
altura de los aficionados, que no le quepa duda a nadie que
lo intenté”.
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“Yo no soy nadie para darle consejos a Carlos Orúe”
Era un secreto a voces, pero en su
comparecencia, Benigno Sánchez confirmó que el jerezano
Carlos Orúe sería el relevo en el banquillo. “Seguro que lo
va a hacer bien, ahora que el calendario se dulcifica
bastante, lo que no quiere decir que vaya a ser fácil. Yo
dejo al equipo en la pelea. Todavía queda mucha tela que
cortar y esperemos que eso sirva para que el equipo se meta
en play off”.
Lo que no quiso es darle consejos al técnico jerezano, ya
que “yo no soy nadie para darle consejos a Carlos Orúe, un
hombre con tremenda experiencia que conoce la casa, que
seguro que lo hará bien. En mi vida no me he caracterizado
por dar consejos y sería una pedantería por mi parte. Sólo
puedo desearle suerte”.
Benigno Sánchez sólo tuvo palabras de agradecimiento para
todos los que contribuyeron a que recalara en el banquillo,
excepto para José Enrique Díaz. Y es que con el técnico
sevillano tuvo desavenencias el pasado mes de noviembre,
después de que fuera él quien le contrató para sentarse en
el banquillo caballa mediada la campaña pasada. “No estoy
aquí para hablar de José Enrique Díaz”. En cuanto a él, “no
sé si José Enrique Díaz está de vacaciones o no, lo que sí
sé es que a mí me han echado”
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