Desde que diera comienzo la Cuaresma el pasado día 25 de
febrero prácticamente a diario las Hermandades de Penitencia
de nuestra ciudad organizan actos para honrar a sus
Titulares o para ir preparando lo que será la próxima salida
procesional durante la celebración de la Semana Santa que
este año será desde el 5 al 12 de abril. Pues también las
Hermandades de Gloria, como es el caso de Nuestra Señora del
Rocío, prepara la celebración de esta Cuaresma y lo que será
la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, de ahí que hayan
acudido al Solemne Via Crucis organizado el pasado fin de
semana en Almonte.
Las Hermandades del Rocío de la provincia de Cádiz y Ceuta
realizan a pie, desde hace ya unos años, un Solemne Vía
Crucis desde Almonte hasta el Rocío, unos diecisiete
kilómetros de distancia.
Este piadoso acto se va convirtiendo, año tras año, en uno
de los más seguidos por los rocieros de estas provincias. Y
eso es, sin duda alguna, motivo de alta satisfacción, porque
indica la profundidad a la que aspira el rociero, fervoroso
devoto de la Virgen del Rocío, pero no por ello indiferente
a un tiempo litúrgico tan importante como la Cuaresma.
Cada año una de esas hermandades tiene a su cargo la
organización del Vía Crucis. En esta ocasión ha sido
Chiclana de la Frontera la escogida para la misión.
Una enorme Cruz, la que cuelga en una de las paredes de la
Casa de la Hermandad de Jerez en el Rocío, fue portada a
hombros por los hermanos. Cada estación del Vía Crucis se le
encomienda a una de las Hermandades así como el rezo de las
preces y, de esta forma, se puede ver avanzar a una
muchedumbre que, desde bien temprano emprende un camino de
oración hasta encontrarse con la Virgen.
La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta respaldada
este año por un total de siete miembros de su junta de
gobierno y algunos hermanos de la hermandad, se encargó de
la cuarta estación y fue el hermano mayor de la citada
Cofradía, Manuel Guillen, el encargado de leer dicha
estación.
No me dirán ustedes que algo tan grande puede pasar
desapercibido. Por eso es digno de mención, es un regalo
para la vista, para los sentidos y, por supuesto, para el
alma ver que el rociero es orante y tiene algo que trasladar
a los demás por medio de su oración.
No importa si llueve o si hace viento, si el tiempo acompaña
mejor, pero la Cruz atravesará el camino de la Virgen, el de
los Llanos, y el rezo del Vía Crucis irá regando de
esperanza las veredas.
Para terminar, los rocieros asistentes a este Solemne Via
Crucis dieron por concluido el acto con la celebración de la
Santa Misa en la Ermita de Nuestra Señora del Rocío.
A este respecto hay que destacar que todos los rocieros de
Cádiz y Ceuta tienen en este Vía Crucis un retiro en el
camino, un momento para interiorizar la Pasión de Jesús, al
que siempre vemos hecho Niño en los brazos de la Virgen,
pero creció para morir por nosotros en un madero.
Finalmente destacar que cuando sean conscientes, en lo más
hondo, de ese Amor inagotable y sientan que la sonrisa del
Pastorcito es el mejor arco iris para alcanzar la felicidad
plena, entonces, tras haber experimentado su paso por éste
desierto de la cuaresma, los rocieros estarán preparados,
por fin, para recibir Pentecostés.
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