El capitán marítimo, Jesús Fernández Lera, aseguró ayer que
este invierno había sido “el más crudo de todos los que he
pasado en Ceuta”, tras siete años viviendo en la ciudad.
Además, Lera informó de que los fast ferrys están sujetos a
unos códigos internacionales y a un certificado de
explotación que les impiden navegar cuando se superan
velocidades de 40 kilómetros por hora, según las
características del fast ferry. “Depende también del tamaño
del buque y de la carga que lleve”, comentó, pero los
márgenes suelen estar entre los 40 y 60 kilómetros por hora
en vientos, y en olas que superen los 2,5 y 3 metros. “Es el
capitán quien toma la decisión y nos la comunica a
nosotros”. “Los barcos podrían llegar a navegar en estas
condiciones, es muy difícil que vuelquen, pero sí sufriría
una violencia tremenda: estamos hablando de barcos que van a
30 nudos (más de 50 kilómetros a la hora) y que chocan
contra olas de 2,5 ó 3 metros”, explicó. “La mar tal y como
está hoy -por ayer-, es una cosa muy seria”, continuó.
Y es que los fast ferrys son barcos delicados, recubiertos
con chapa de aluminio y, normalmente, confeccionados en
Australia. Sin embargo, los ferrys (que no fast ferry) como
‘Las Palmas de Gran Canarias’, recubierto de acero, pueden
soportar estas olas sin problemas, ya que, a mayor quilla,
más marineros o navegables son. “‘Las Palmas’ navega sin
problemas con olas de tres metros”, sin embargo, lo hace a
una velocidad mucho más inferior a la que lo hace un fast
ferry, 17 nudos el primero y 30 el segundo. Cuando hay
temporal, ‘Las Palmas’ reduce su marcha hasta los 14-15
kilómetros por hora, mientras que un fast ferry tendría que
hacerlo a 17. “Para hacerse una idea, es como si un Mercedes
quisiera entrar por un camino de cabras; sería mejor
utilizar un todoterreno”, indicó.
Otras veces, cuando el estado de la mar ofrece dudas de si
poner el barco rápido en movimiento, es el capitán quien
decide. “Luego pasa lo que pasa: que si sale y se mueve
mucho, la gente protesta; y si no sale, la gente piensa que
debería haber salido”. “Él sabe cómo se comporta su barco,
qué carga lleva dentro y que características posee”.
A pesar de que el invierno ha sido “especialmente duro”,
según reconoció el capitán marítimo, también apuntó que
normalmente da la sensación de que el último invierno “suele
parecernos el más crudo”. Lera sí se sorprendió por los
temporales de Poniente. “Es la primera vez desde que estoy
en Ceuta que se suspende la salida de un ferry por el
Poniente”, terminó el capitán.
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