El domingo por la tarde aterrizaba
en Fez el rey de Jordania, Abdaláh II, acompañado de su
esposa -de origen palestino- la Reina Rania. Acompañado de
una delegación oficial de primer orden, el soberano hachemí
desarrollará una intensa agenda de trabajo de dos días
manteniendo de entrada en la histórica capital idrisí una
entrevista, a solas subrayo, con Mohamed VI. No me cabe duda
de que, junto con la colaboración inherente a dos países
aliados y amigos -ambas monarquías reinantes descienden
además del Profeta Mahoma-, se abordará la delicada
situación en los Territorios Palestinos así como la deriva
de la República Islámica de Irán, potencial enemigo de
Jordania y con la que el Reino de Marruecos acaba de romper
relaciones diplomáticas; en este contexto, la anunciada
retirada del moderado Jatamí para las presidenciales iraníes
de junio no augura nada bueno.
Si bien recientemente Abdulá II habia reiterado en Ammán que
no había más alternativa para la estabilidad de la región
que dos estados, israelí y palestino, conviviendo
pacíficamente, con las continuas provocaciones de la
organización terrorista Hamás así como la tozudez israelí en
no evacuar de una vez las colonias, no se atisba una
solución razonable y con visos de viabilidad. ¿Podrían
dibujarse otros panoramas más realistas y con sostén
histórico…?
Partamos de un hecho, pues sobre el terreno ya existe un
Estado palestino… Jordania, en el que un 80% de la población
(el resto es beduína) sería de esta etnia. Es decir, existen
profundos precedentes geográficos e históricos que
apuntarían a la posibilidad de una confederación jordana-palestina,
en la que se integrara la Margen Occidental, la actual
Cisjordania; también podría formularse un Estado palestino
federado a Jordania. Recuerde el lector que, en diciembre de
1948, el rey Abdullah de Jordania (abuelo del actual
soberano) se declaró “rey de toda Palestina”. ¿Y la Franja
de Gaza…?. Gaza siempre ha mantenido una estrecha relación
con El Cairo; sería perfectamente factible que Gaza pudiera
integrarse, con diferentes fórmulas, en Egipto: bien bajo su
soberanía, bien federada o con una amplia autonomia, pese al
aparente rechazo expreso del rais egipcio, Mubarak, a esta
fórmula. La pregunta es, con Hizboláh al norte
desestabilizando Líbano y con Hamás en Gaza, combatiendo
ambos de forma interpuesta por la República islamo-fascista
de Irán, si aun son posibles -real politik- los Acuerdos de
Oslo de 1993. No lo creo; Arafat dilapidó la oferta del
general Barak y los errores, junto a la pavorosa corrupción,
de los antiguos hombres de la OLP en la Autoridad Nacional
Palestina, abrieron las puertas al islamismo extremista de
Hamás. Diría que hay movimientos en esta dirección. Algo
conozco, sobre el terreno, la zona, así como a cualificados
interlocutores en ambas trincheras. Lo que expongo es
razonable y viable, goza de un sostén histórico y podría
articular una solución estable al enconado y sangrante
conflicto. Haría falta coraje, generosidad y visión política
por parte de todos los implicados, junto con el respaldo
total de la comunidad internacional. Y en Marruecos… ¿qué
pasa con el Sáhara?. Internacionalmente, ley en mano, son
también algo así como “Territorios Ocupados”, aunque con
cierta vinculación al Marruecos histórico. Doy por hecho que
la dinastía Alauí jamás renunciará a las “Provincias del
Sur”… Rabat defiende ahora una “amplia Autonomía”, fórmula
atractiva… pero peligrosa pues ahí está el Rif. ¿Y por qué
no un Estado saharaui federado a Marruecos…?. Visto.
|