Las obras que está realizando la Confederación Hidrográfica
del Guadalquivir (CHG) en el arroyo de Benítez-Guillén
afectará a algunas viviendas cercanas a las salida de la
cuenca a la playa de Benítez que vierten sus aguas fecales a
unos pozos de registro que deben ser retirados. El destino
de estas aguas negras era la cuenca del arroyo y se ha
optado porque la empresa Aguas de Ceuta Municipal (Acemsa)
cree un sistema de bombeo por el que el agua sería ascendida
hasta las tuberías de saneamiento instaladas en la barriada.
El pasado 10 de octubre, Juan Martí, el propietario del
vivero homónimo situado en Cría Caballar rompió parte de la
obra realizada por la CHG el año pasado al juzgar que había
favorecido las inundaciones que afectaron su vivienda
durante las lluvias de septiembre. Fuentes de la
Confederación aseguraron que no habrá ningún tipo de sanción
para Martí y que ha aceptado que el nuevo diseño del arroyo
afecte parcialmente a parte del vivero al hacer el canal lo
más recto posible. Las plantas afectadas se trasladará a
otra parcela de la vivienda.
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