Mientras que muchos niños del tercer mundo siguen
falleciendo por problemas derivados de la malnutrición, en
los países desarrollados el sobrepeso y la obesidad están
siendo un problema de salud cada vez mayor. La obesidad, o
excesiva acumulación de grasa en el organismo, constituye
uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las
sociedades modernas, que afecta sobre todo a los países
desarrollados.
Esta enfermedad, se caracteriza por un exceso de grasa, que
a su vez se traduce en un aumento de peso, en este sentido,
médicos y científicos están de acuerdo en que un hombre con
más del 25% de grasa corporal y una mujer con más de 30% de
grasa corporal son obesos, todo ello debido al aumento de
las reservas adiposas. El grado de obesidad puede
establecerse y clasificarse según el índice de masa corporal
(IMC), y se define como el peso en unidades de kilogramos
dividido por la talla en unidades de metro elevada al
cuadrado.
Desde el punto de vista etiológico se distinguen dos tipos
de obesidad, por un lado la obesidad exógena, que es aquella
debida a una ingesta calórica superior a la necesaria para
cubrir las necesidades metabólicas del organismo, y por otro
la obesidad endógena, que es aquella obesidad producida por
disfunción de los sistemas endocrinos o metabólicos.
Por otro lado, podemos distinguir la obesidad desde el punto
de vista de la distribución de la grasa, existiendo en este
sentido tres tipos de distribución:
-Distribución androide o en forma de “manzana”, donde la
grasa se acumula en la región abdominal, y se asocia con
insulinorresistencia, tendencia a la diabetes mellitus tipo
2, hipertensión arterial, accidentes cardiovasculares, etc.
-Distribución ginoide o en forma de “pera”, donde la grasa
se acumula en las caderas y miembros inferiores.
-Distribución generalizada, es la forma más frecuente en la
infancia, donde la grasa está más o menos uniformemente
repartida.
Múltiples factores
En la actualidad, la obesidad es una enfermedad en la que se
encuentran implicados múltiples factores y muchos de éstos
todavía no son muy bien conocidos. Actualmente, en algunos
casos de obesidad, no se puede responder por qué una persona
puede llegar a ser obesa, en este sentido, existen tres
factores básicos implicados en la génesis de la obesidad,
por un lado el factor genético, por otro el ambiental y por
último el sedentarismo, habiendo otros menos importantes
cuantitativamente como son los producidos por medicamentos o
por distintas enfermedades.
En cuanto al tratamiento de la obesidad, todavía hay muchos
interrogantes por resolver, no existiendo un tratamiento
único para la misma; este dato es un reflejo de la
dificultad que entraña la resolución del problema. No todas
las personas responden de igual forma a un tratamiento y,
aún más, un paciente puede responder de forma distinta a un
mismo tratamiento realizado en distintos tiempos, por este
motivo, cualquier actuación terapéutica tiene que ser
multidisciplinar, teniendo como objetivo mejorar la salud
del paciente reduciendo los riesgos secundarios.
Tratamientos
Los posibles tratamientos pueden basarse en dietas
hipocalóricas, ejercicio físico, psicoterapia,
administración de fármacos y cirugía bariátrica (indicada en
obesidades muy importantes), consistente en una disminución
de peso bien mediante la reducción del volumen del estómago
o con técnicas de derivación gastrointestinal que reducen la
absorción de los alimentos, o bien mediante otra técnica,
que consiste en la introducción del balón intragástrico.
En la actualidad, los últimos cálculos de la OMS indican que
existen en todo el mundo, aproximadamente 1.600 millones de
adultos (mayores de 15 años) con sobrepeso y al menos 400
millones de adultos obesos. Además, la OMS ha realizado una
previsión y calcula que en 2015 habrá aproximadamente 2300
millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con
obesidad.
En este sentido, la estrategia mundial de la OMS se apoyan
en la adopción de dietas saludables y una actividad física
regular, dicha estrategia pide a todas las partes implicadas
que actúen a nivel mundial, teniendo por objetivo lograr una
reducción significativa de la prevalencia de las
enfermedades crónicas y de sus factores de riesgo, y en
particular de las dietas poco saludables y de la inactividad
física, fomentando las medidas de prevención basadas en el
consumo de dietas equilibradas, reduciendo la incorporación
de grasas saturadas y carbohidratos simples, y aumentando la
actividad física diaria.
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