El libro digital protagonizó ayer la primera sesión del XXI
Congreso Nacional de Libreros, que reúne en Ceuta a más de
120 libreros, editores y distribuidores, una iniciativa de
la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de
Libreros (CEGAL). El posicionamiento de los agentes del
sector frente a las nuevas tecnologías centraron las
ponencias y debates, en especial, sobre la comercialización
y el papel de las nuevas librerías respecto al nuevo formato
y las utilidades de las nuevas herramientas digitales.
Las novedades tecnológicas y el soporte digital, el llamado
e-book, han sido los temas centrales de la primera jornada
del XXI Congreso Nacional de Libreros que se celebró ayer en
Ceuta. Los agentes del sector que han acudido a esta cita
han puesto en común las aplicaciones presentes y futuras
para la mejor gestión.
Así, el escritor y editor digital, José Antonio Millán, fue
el responsable de abrir la sesión de la mañana, que se
presentaba con el título Una nueva revolución en el mundo
del libro: el libro en soporte digital.
Las ponencias estuvieron centradas en las posibilidades que
se presentan a los libreros ante las alternativas al formato
en papel y cómo superar las posibles amenazas que puedan
representar para el sector.
Javier Cámara, librero bilbaíno y uno de los pioneros en la
comercialización del e-book, hizo una llamada de atención a
sus compañeros para que se posicionen en el mercado y
conviertan a las librerías en los establecimientos de
referencia para la adquisición de estos nuevos soportes para
el libro.
La empresa española, Publidisa, y la anglosajona, Gardners,
de Reino Unido, se presentaron a los asistentes como
ejemplos de compañías innovadoras en cuanto a la explotación
de las nuevas tecnologías al servicio de los requerimientos
de los libreros y de los clientes.
Publidisa, por su parte, ha abierto una nueva opción dentro
del sector a partir de la impresión bajo demanda y la
comercializacion de contenidos digitalizados a través de la
red librera. Su director ejecutivo Luis Francisco Rodríguez
manifestó que “la misión de nuestro trabajo es ser
reconocidos por la industria editorial y la red librera como
un socio estratégico para el desarrollo del negocio en la
aplicación de las nuevas tecnologías de la información. Se
trata de utilizar de forma correcta las oportunidades de
negocio reales que ofrecen las nuevas tecnologías”.
Bob Jackson, director comercial de Gardners, fue el
representante de la compañía en el Congreso, quien explicó
la experiencia de su empresa como almacén de distribución de
libros físicos y digitales a las librerías. Esta iniciativa
está centrada en la reducción de costes y trabajo para los
libreros, que en ningún caso tienen que adquirir ningún
artículo hasta que no tengan cerrada la compra por parte del
cliente.
José Manuel Anta, secretario técnico de FANDE; Juan Manuel
Cruz, presidente de FAL y responsable de CEGAL en Red; Juan
Miguel salvador, miembro de la comisión CSL; y Gerard Nahn,
asesor de Proyectos Institucionales del Gremi de Llibreters
de Cataluña, fueron los conductores de la sesión de la tarde
del Congreso Nacional de Libreros, en la que se analizaron
las oportunidades y retos que las herramientas de gestión
pueden aportar a las librerías. Para potenciar esta
eficiencia, los ponentes expusieron las ventajas de la
utilización y las mejoras que se están realizando en los
procesos de SINLI, las Normas CSL, DILVI y CEGAL en Red.
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El precio medio del ‘e-book’ está por encima de los 192
euros
La compra de un libro digital
supone un considerable desembolso, según los datos que puso
ayer sobre la mesa José Antonio Millán en su conferencia ‘El
polimorfo libro electrónico’. Así, el precio oscila entre
los 192 euros y los 499. “Está claro que ningún usuario
pagará un precio así si no va a poder disponer de obras para
su aparato”, expresó el ponente. Asimismo, Millán expuso que
en las factorías de China, donde se fabrican estos
productos, la competencia con otros más rentables y
demandados puede dejar al libro electrónico “entre la espada
del fracaso de público y la pared del desabastecimiento”.
“No tenemos aún elementos para decidir si el libro-e es la
mayor revolución contemporánea del mundo de la edición”,
concluyó.
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