Juan Miguel Cubo, funcionario de prisiones, cree que no hay
ningún efecto negativo en la construcción de una cárcel de
tipo mediana, con 648 celdas y que va a dar trabajo directo
a más de 500 empleados: 450 funcionarios, 60 laborales y 70
guardia civiles. “La cárcel es una empresa que va a general
dinero desde la primera piedra. De momento necesitará entre
500 y 600 trabajadores para la obra, que estarán empleados
al menos dos años”. Cubo explicó que la inversión es
positiva porque crea beneficios tanto directos como
indirectos. “Los trabajadores necesitarán viviendas, y
consumirán; los familiares vendrán a Ceuta y se desplazarán
en autobús o taxi hasta la prisión. Se mejorará el entorno y
las carreteras se adecentarán”. Además, Cubo explicó que una
prisión es una empresa que no va a caer, puesto que el nivel
de delincuencia no disminuye y mantiene sus niveles siempre.
“Además, para la construcción vendrán especialistas de
fuera, que se alojarán en hoteles y que comerán en
restaurantes”. También apostó por los familiares de los
presos. “Son de Ceuta y no tendrán que marcharse hasta
Granada, por ejemplo, para ver a los que no caben en la
prisión actual”. En cuanto a los presos, aseguró que no hay
que crear alarma, el 80 % están internos por tenencia o
consumo de dorga.
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