Es lo que nos faltaba ahora que,
tras medio año ininterrumpido, a base de chaparrones
continuados, o alternándose con temporales de viento, y sin
que apenas hayamos podido ver el sol, ahora ya nos anticipen
un verano plagado de incendios. Vamos, algo así como para
empujar un poco más la crisis que nos está azuzando.
Y digo esto, tras ver que la brigada adscrita a Obimasa dice
que “hay que estar alerta” por la densidad de la vegetación,
además de que abre más de la mitad de los caminos de los
montes.
Aquí puede estar el QUID de la cuestión, en dejar que toda
la maleza que ha ido creciendo, durante meses, sin tocarla
para nada, se deje secar, sin limpiar las sendas, las
veredas y los caminos en el monte, con lo que ni los más
mínimos cortafuegos se hayan preparado para impedir, cortar
o frenar los incendios en la época del calor.
Todos estamos hartos de oír, a ciertos sectores que se
“autodenominan” defensores de la naturaleza, cada vez que
salen a la calle pidiendo que no se limpien los ríos, los
arroyos, y tampoco los montes. Lo malo es que a estos, en
muchos casos les apoyan ciertos organismos oficiales.
Y lo que no hemos visto a ninguno de esos es salir a
colaborar con los perjudicados cuando una riada deja sin
hogar a docenas de personas, cuando causa estragos, con
muertes incluidas, o cuando el fuego, por no estar preparado
el monte, en una sola tarde o noche, destruye todo lo que
llevaba 200 años creciendo y necesitará ahora más de otro
tanto de tiempo para volverse a encontrar como estaba
anteriormente.
Si, ahora, centrándonos en Ceuta, ya se marca, de antemano,
“la previsión de un verano muy peligroso para los
incendios”, no sé qué otra cosa se puede hacer más que, en
labor de verdadera previsión, comenzar a acondicionar todas
esas sendas que se utilizan por parte de quienes salen con
frecuencia al monte.
Y como los incendios, salvo en contadísimas ocasiones, no se
producen por sí solos, sino de una manera intencionada o por
negligencia, lo primero que tendrán que hacer, pero desde
ahora mismo, es prohibir totalmente hacer ningún tipo de
“parrilladas”, por ejemplo, en esas salidas festivas al
campo. Es más no se debería permitir que en esas zonas del
monte se fume, y si ya se ha logrado el que se abstengan los
fumadores de hacerlo en ciertas partes, que tan sólo hace
cinco años parecía imposible, también aquí se podría
impedir, primero con carteles de prohibición y luego, si
esto no bastaba, “de la otra forma”.
Si estas normas dan buenos resultados en otras partes,
llámese Alemania, Holanda, Francia y demás ¿Por qué aquí
no?.
El primer paso, la advertencia de lo que puede venir, se ha
dado. Ahora hace falta frenar la auténtica realidad, para
que no llegue del todo.
Ya, ahora mismo, habrá quien no esté de acuerdo conmigo,
incluso alguno de los que aparecen como anti- toros, pero no
anti – parrilladas en el campo, pero prefiero otro escrito
como el que en su día me envió Mariam Mohamed, a leer en el
mes de julio que medio bosque de Ceuta, o de mi pueblo, ha
sido pasto de las llamas.
Va siendo hora de darse cuenta de que cada día se van
reduciendo más los pulmones de la naturaleza, ante la
contaminación, pero esos pulmones, bosques y montes, deben
ser revisados regularmente para que un día por exceso de
maleza no dejen de servir en su cometido. ¿Será un simple
aviso?. Ya veremos.
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