PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 11 DE MARZO DE 2009

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Nostalgia de Marruecos

Por Domingo Ramos


El próximo día 21 se va a celebrar en Málaga, como en años anteriores, el “XVII Encuentro Anual de Antiguos Residentes en Marruecos” donde se dará cita un colectivo de españoles y marroquíes que nacieron o residieron en el país vecino y que vienen llevando a cabo esta reunión para poner de manifiesto, una vez mas, sus vivencias por aquellas entrañables tierras que, a pesar del tiempo transcurrido, siguen añorando y recordando con nostalgia y cariño.

El acto es motivo mas que suficiente para rememorar antiguas andanzas familiares, sociales, profanas, religiosas, artísticas, culturales, deportivas, en un palabra, de toda índole, acaecidas durante los casi cincuenta años de protectorado en cuyo período nuestra nación ostentó la soberanía de la Zona Norte de Marruecos y en el que tantas vicisitudes, prósperas y adversas (desde tiempos inmemoriales marroquíes y españoles han estado enzarzados en disputas territoriales hasta la firma en 1912 de la convención de Madrid que reconocía el Protectorado Español en la Zona Norte del país), se dieron en el territorio marroquí reconociendo los mandatarios españoles, como dijo en su día el Sr. Bennuna (el hombre que hizo donación de su corazón, de su tiempo, de su fortuna y de su influencia, de cuanto podía y poseía, para llevar adelante el movimiento nacionalista marroquí) “el carácter pacífico y trabajador de Marruecos y reconocedor del bien que se le hace, aunque por el sentimiento de su dignidad humana y de su independencia acepte fácilmente la muerte si es atropellado o colocado bajo un régimen injusto en su propia patria”.

España, a través de quienes poblaron aquellos territorios, supo cumplir con creces los compromisos contraídos por su carácter auténticamente proteccionista de la nación vecina creando escuelas, hospitales, fábricas, construyendo modernas edificaciones, llevando a cabo numerosas obras de infraestructuras como puentes, carreteras, líneas de ferrocarril, permitiendo a los ciudadanos marroquíes, hasta aquel entonces dedicados casi en exclusiva a la agricultura y a los oficios artesanales, una mejora tanto asistencial como económica e implantando unos centros de enseñanza y servicios sanitarios en todas las ciudades importantes, donde se impartían clases para erradicar el analfabetismo y se combatían las enfermedades epidémicas que asolaban aquel territorio.

Como consecuencia de todas estas acciones, fruto del acuerdo que reconocía el protectorado de España en Marruecos, fueron llegando al vecino país, procedentes de la península ibérica, profesionales liberales, médicos, maestros, funcionarios, militares, comerciantes, agricultores, empresarios de diversas actividades, etc. cuyos descendientes, nativos de un país en el que residieron durante casi dos generaciones (al que consideraron su patria), fueron dejando su impronta y que ahora, como consecuencia esta reunión anual, rememoran en la ciudad de Málaga.

Y así los vemos recordando la cinco veces milenaria ciudad de Tetuán, “paloma blanca de Yebala y Granada, manantial de amores, laberinto de misterios y hechizos que inspira tiernos y leales sentimientos” (del libro “Tetuán en el Corazón” que nos envió nuestro amigo Mohamed Chacor, poeta tetuaní, director del programa de religión musulmana en RTVE), el encanto de las ciudades de Larache (desprendiendo su olor a azahar, antigua ciudad romana -Lixus- en la costa atlántica), Arcila ( hoy en día lugar de turismo por sus hermosas playas de fina arena y caracterizada por la luminosidad de su cielo y el olor a mar de sus calles), Nador (en el corazón del Rif, fundada por los españoles en 1909, enlazada por vía marítima y aérea con la Península Ibérica), Alhucemas (con sus casas pintadas de blanco y azul que representan al mar y al cielo, también lugar de turismo, principalmente procedente de países del Norte de Europa), Alcazarquivir (al sur de lo que era la Zona Norte del Protectorado de España en Marruecos, auténtico vergel de naranjos), Chauen (cuyo origen se debe al asentamiento de exiliados de Al-Andaluz, con apariencia muy similar a los pueblos andaluces) y al Norte en la orilla africana del Estrecho de Gibraltar, entre dos continentes y dos mares, Tánger (con su aureola de misterio en tiempos de la instauración de su estatuto como “Ciudad Internacional”, durante el cual vivió su edad de oro) y Targuist, Ketama, Río Martín, Uad Lau, Rincón del Mediq, Castillejos así como otras pequeñas kabilas y poblados, (plasmados inigualablemente en lienzos por el afamado “pintor de Marruecos” don Mariano Bertuchi) que fueron residencia habitual de miles de españoles que un día, por imperativos del acceso a la independencia y a la unidad nacional marroquí, fueron reintegrándose a la madre patria donde siguen rememorando sus andanzas por unas tierras donde muchos nacieron, contrajeron matrimonio y otros murieron.

Son muchos los españoles, antiguos residentes en Marruecos, a quienes se nos hace imposible poder enumerar (ilustres militares, profesionales de diversas especialidades, políticos, funcionarios, empresarios, etc. que han dado gloria y honor a España que procedieron de Marruecos) que en sus encuentros peninsulares, como el que se va a producir, sentirán el orgullo y satisfacción de encontrarse con quienes compartieron en su niñez o en edad adulta, colegios, trabajos y otras actividades y que recordarán a su llegada el “sebá al jer” (buenos días) o el “Alá iheninkún o besslama” (adiós) con la alegría de haber podido permanecer unas horas reunidos en este XVII Encuentro de Antiguos Residentes a quienes deseamos que ello sirva para mantener latente y, como diría el Soberano marroquí a S.M. don Juan Carlos I con motivo de su cumpleaños en Enero de 2002, para “preservar las relaciones de buena vecindad y de cooperación ejemplar entre nuestros dos países que son, desde siempre, un puente abierto entre Europa y África y un lazo entre las civilizaciones de los dos continentes, así como un gran apoyo a la paz y a la cooperación en el Mediterráneo”.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto