Estos días, mientras veía todas las noticias sobre el día de
la mujer trabajadora y la cantidad de actos y florituras que
se realizaban para reconocer su labor, me han surgido de
repente una serie de cuestiones relacionadas con la
existencia de esta festividad. De primeras el tema no parece
que pueda suscitar polémica alguna, se supone que todos
estamos de acuerdo en lo importante que es el trabajo de la
mujer, en cuánto ha luchado por conseguir sus derechos y
como es de primordial reconocérselo y seguir apoyándola en
su lucha por la igualdad. Sin embargo, no sé si esta es la
mejor forma de apoyar a la mujer o si simplemente se trata
de una chorrada para distraernos y hacernos pensar que de
verdad el mundo está con nosotras y así tenernos contentas.
Con esto no quiero decir que organizar la carrera de la
mujer el domingo no fuera una buena idea. De hecho todo lo
que se haga con el fin de que la gente pase un buen rato
creo que está bien y más en los tiempos que corren. Pero ahí
queda la cosa, porque no veo que la distinción del día en
cuestión traiga mayores beneficios para las mujeres. Unas
palabras bonitas, una carrera y unas risas y para casa que
ya hemos hecho bastante en poneros un día. Esta es por lo
menos la sensación que a mí y a muchas nos da. Además me
resulta muy sorprendente que se considere un éxito el que
acudan 67 hombres considerando que el número de mujeres era
de 1.184, porque yo lo único que saco en claro con esto es
que a muchísimos hombres se la sigue trayendo al pairo lo
que consigamos o no las mujeres.
De hecho le encontraría más sentido a estos acontecimientos
si fueran los hombres los que acudieran en masa a apoyarnos
porque por lo menos así su acción se traduciría en una
declaración de intenciones de implicación y ayuda en la
lucha de la mujer. Para reunirnos con nuestras amigas,
charlar y pasar un buen rato entre mujeres yo, por lo menos,
ya tengo días al año. No obstante, sigo reivindicando la
presencia de este día tan señalado. Suprimirlo y considerar
el 1 de Mayo como el día del trabajo tanto para hombres como
mujeres (que de hecho es lo que debería ser en una sociedad
equitativa) sería reconocer que estamos en igualdad de
condiciones con los hombres, y eso está muy lejos todavía de
la realidad.
Las mujeres seguimos cobrando menos en los mismos puestos de
trabajo, ocupamos cargos de menor importancia que los
hombres a pesar de que somos más en las universidades y por
tanto tenemos más formación, seguimos siendo víctimas de
numerosas discriminaciones tales como los problemas
derivados de la maternidad y además seguimos cargando con la
mayor parte de las tareas domesticas, cuando no con el
total. Por eso pienso que aunque esté muy bien que se
realicen estas actividades de ocio, de las que (vuelvo a
repetir) no estoy en contra, ni mucho menos, lo que de
verdad necesitamos las mujeres es que estas reivindicaciones
se lleven a la práctica de una vez por todas. Que este día
más que para celebrar algo que todavía no hemos conseguido,
sirva de reflexión y de impulso para seguir luchando por
algo tan simple y a la vez tan complicado como la igualdad.
Aplaudo que los actos realizados sean cada vez más
multitudinarios no sólo en nuestra ciudad sino en el resto
de España y en todo el mundo, pero que quede muy claro que
con tener el detalle de reservarnos un día en el calendario,
dedicarnos palabras de elogio y respeto y destacar las
maravillas de ser mujer no nos vamos a conformar. Queremos
hechos, y ya.
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