La Consejería de Educación, Cultura y Mujer informó ayer de
que ya se encuentran a la venta las entradas para la
representación teatral de la obra ‘La curva de la
felicidad’, protagonizada por Pablo Carbonell, que tendrá
lugar el día 21, sábado, a partir de las ocho y media de la
tarde en el auditorio Siete Colinas.
Las entradas para la obra están a la venta desde ayer en el
Punto de Información Cultural (PIC) de la Gran Vía, al
precio de 6 euros en el anfiteatro y 8 la butaca, con los
habituales descuentos del 50 por ciento para niños,
titulares del carnet joven y la tercera edad.
La obra, interpretada por Carbonell junto a Antonio Vico,
Josu Ormaetxe y Jesús Cisneros, habla sobre la crisis
masculina de los 40, bajo la dirección de Celso Cleto.
La curva de la felicidad, escrita por Eduardo Galán y Pedro
Gómez, ha sido vista ya por más de 200.000 espectadores en
toda España en su quinta temporadas en cartel.
Se trata de una producción de Descalzos Producciones en
colaboración con Secuencia 3 Artes y Comunicación que ha
tenido doce meses de éxito continuado en el Teatro Lara de
Madrid durante las temporadas 2005-06 y 06-07.
Este espectáculo, subvencionado por la Consejería de Cultura
y Deportes de la Comunidad de Madrid y el INAEM del
Ministerio de Cultura, ha sido traducida ya al griego y ha
inaugurado la colección de publicaciones de Teatro Español
del Instituto Cervantes de Atenas en el primer trimestre de
2005.
Desde julio de 2006, La curva de la felicidad se ha
representado con éxito en el Teatro Mundial de Lisboa y e n
2007 se estrenó en Miami en el Teatro 8.
Durante 2008 se ha paseado por Buenos Aires siendo uno de
los acontecimientos de la temporada y se estrenará en breve
en Santiago de Chile, Edimburgo o París.
Esta comedia urbana de hora y media de duración se pregunta
si es cierto que los hombres sufren una crisis a los 40.
Sinopsis
Quino, el protagonista, es un guionista de televisión de 42
años, víctima del trabajo inestable y que en plena crisis de
los cuarenta es abandonado por su mujer. “Por gordo y por
calvo”, asegura que le dijo su mujer al irse.
Hasta la fecha ha vivido en un piso amplio del centro de la
ciudad, pero su mujer ha abandonado la vivienda familiar y
espera que Quino la venda para recibir la mitad de su
precio. La venta del piso le provoca una enorme angustia de
carácter estresante porque, entre otras cosas, significa la
pérdida definitiva de Carmen, con quien quiere volver por
inseguridad, costumbre y dependencia psíquica. Forzado y
presionado por su mujer a vender el piso, intenta, en
continua contradicción, por todos los medios que no se lo
compren: lo desaconseja, asegura que las instalaciones
eléctricas y las tuberías son viejas.
Sin embargo, su personalidad frágil, insegura, indecisa y
sin voluntad le lleva a firmar documentos de compromiso de
venta a cada uno de los tres personajes: Javier, Manuel y
Fer, tipos muy distintos de hombres de cuarenta años, que
irán apareciendo en escena, con lo que se irán creando una
serie de conflictos en cadena y vueltas de giro con final
sorpresa que nos mostrarán, en clave de comedia, una
reflexión sobre cómo ven y cómo llevan las relaciones con
las mujeres unos tipos de cuarenta.
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