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OPINIÓN - LUNES, 9 DE MARZO DE 2009

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

La moral de la ladilla aquejada
de indigencia moral

 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

La pasada semana el linchamiento político mediático y la ordalía en los medios alcanzó de lleno al alcalde de Alcaucín (en flamenco Pepe Calayo). Sí. A ese mismo. Del pesóe y líder de “el clan de los catetos”. Ya saben, ya entienden ¿Qué dicen con semblantes de garduñas tras una degustación de pepinillos en vinagre? ¿Qué ustedes ni saben, ni entienden, sino que se lo explique servidora de ustedes, mujer virtuosa donde las haya ¿ Dispuesta estoy, porque les hablo y les cuento de esta Andalucía que me prohijó cuando vine de mi Rif con menos raíces que un clavel de plástico. Les cuento porque, mis latires y sentires son los del pueblo llano (que no soberano) donde, en los pueblos, crece de cuando en cuando algún alcalde cateto, con las manos gastadas por el mucho arrimar cemento o el mucho arar el terruño y la gente le quiere y le vota porque es como ellos. Nada de señorito postinero y abolengoso, nada de trepaollas de los de arriba, impuesto a dedo por los madriles. Un español que madruga, uno de los nuestros. Como Pepe Calayo, el alcalde de Alcaucín, que canta y para a los gorriones que se asientan para escuchar su gemío. ¿Qué dicen? ¿Qué los de arriba se parten el pecho de risa viendo al cateto con su cante, un vecino a la guitarra y el plato de jamón y el vino fino a la vera? Sí. Claro. Los andaluces somos muy cómicos y ese edil cantaor resulta que sembró las tierras yermas de su pueblo de “chaleses” para guiris. Sin papeles ni legalidades. Cuatro trajines por aquí, unas firmillas por allí y ¡vengan chaleses!. Y venga trabajo. Las gentes de la zona empeñadas en la obra, construye que te construye, ganando buenos jornales, albañiles, peones, fontaneros, electricistas, escayolistas, encofradores, almacenistas, polveros, camioneros… A cada cual el pan de sus hijos, todo por mor de esos guiris que, se dice aquí que “están d´er tó” porque vienen de sus lúgubres países, con ganas de sol y de atardeceres interminables, como son los atardeceres de la Axarquía, que parece que la luz del día no tiene permiso para retirarse y ese olor a campo, que te atufa, que te atonta, que te embalsama el alma. Vienen los guiris con mono de vida rural, que no de Apocalipsis del cemento y del ladrillo tipo Benidorm, estos que llegan es para quedarse y para disfrutar de la naturaleza que, precisamente en esta tierra no es prolija en bosques y arroyuelos, sino secajona y con mucho lagarto ganduleando detrás de las pitas, pero se respira aire y no fritanga, bronceador y bullanguéo. No es zona bucólica ni pastoril y si llega el gran Garcilaso, lo mismo le da un pasmo. Pero el cateto del cante daba a la gente de trabajar, los Poderosos tienen a los agricultores dejaditos de la mano de Dios y agarraditos por la mano de los intermediarios, el campo no da dinero y los hombres, aquí, viven del ladrillo. ¿Qué si justifico las corruptelas? Claro, yo soy católica y el perdón libera. Aunque nadie soy para perdonar. Y menos aún para pasarme por esa parte de la anatomía que rima burdamente con Logroño la tan cacareada “presunción de inocencia”.

¿Y ahora por qué me están escupiendo? ¿Qué aúllan? ¿Qué si voy a hacer propaganda de un concepto tan mentiroso y falaz como es el de la grimosa presunción de inocencia? Oigan. Yo soy creyente y no miento. Jamás diría que “creo” ni en ese principio constitucional ni en ninguno de los restantes. De hecho, cuando los acusados, cualquier acusado, comparece delante del juez o de la jueza de turno, ya van bien linchaditos, juzgados y condenados por los medios de comunicación. Lo normal. La moral del “Aquí hay tomate”. ¿Qué mascullan? ¿Qué si no hay cojones en España como para impedir que, los investigadores, del cuerpo que sean, emitan sus notas de prensa a los medios y se lleven a las cámaras a las detenciones?. No. No hay cojones en España.

Y de algo tienen que vivir los telediarios y los periodistas que, las criaturas, también tienen derecho a comer. Pan amargo, eso sí, hiel y acíbar por ganar unas pesetas filmando al “presunto inocente” bien engrilletado ¿Qué luego sale en libertad o con fianza? Importa un carajo. Con esas cámaras y esos flashes apuntando las esposas, ya se han cargado la fama y la honra de un ser humano. Casquería vil de noticieros ¿Qué por qué no impiden los jueces que, policías o guardias civiles paran sus notas de prensa dando “su” versión del asunto que sea y crucificando a las personas? Porque no. Porque cuando no existen valores profundos, principios sólidos y auténticos ni Gobernantes que protejan a los ciudadanos, estamos a la merced del mandamás que nos quiera hincar el colmillo.

Indefensos como niños de teta. Lo malo de sobrevivir en los tiempos de la moral de la ladilla, es que, el bichejo, padece de indigencia moral. Créanme, estamos solos. ¡Y que Dios nos libre de despertar ansias de venganza o envidia por parte de alguno que mande! Porque nos crucificarán, antes, mucho antes del juicio y de la sentencia. Que yo no se ni por que la pamplina de juzgar porque, el que sale en la foto con los grilletes ya va condenado. Como el cateto Pepe Calayo y el pobre arquitecto de la Diputación y el ciento y la madre más ¿Qué eran trajinosos? ¿Qué pudieron quedárseles haberes entre las uñillas? ¡Que lo demuestren! Pero con o sin trajines nos daban de comer, a nosotros, nos proporcionaban el trabajo y el jornal, nos daban los avíos para el puchero y no se compraron el coche de Touriño con las ganancias de las corruptelas, ni redecoraron despachos feng shui con presupuestos multimillonarios. ¿Qué dicen ¿ ¿Qué ese tipo de derroches y desbarate de los dineros públicos no es trinque ni malversación? Vale, no digo nada, yo di latín y griego, no sé de números ni de grandes cuentas porque me considero bastante analfabeta funcional. Pero sé de la ilusión de tener tajo para trabajar. Y de esas tierras yermas de la Axarquía salpicadas de casas que representan muchos jornales para las familias. ¿Qué dicen? ¿Qué Pepe Calayo estará cantando en Alhaurín de la Torre? Pues hasta los ángeles de Dios se pararán a escuchar a ese cateto que a tantos dio el pan. Para mí al resto, a todo el resto, pueden darle por el culo.
 

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