El tabaquismo es uno de los problemas sanitarios más
importantes hoy en día y se estima que existen 1,3 mil
millones de fumadores en el mundo. A pesar de las campañas y
las leyes antitabaco que se están poniendo en práctica en la
actualidad los problemas asociados a la adicción a la
nicotina siguen siendo muy importantes y numerosos.
Los beneficios para la salud que se derivan del abandono del
tabaco son los que principalmente producen en el fumador el
deseo de acabar con la adicción. Dejar de fumar reduce las
enfermedades cardio-respiratorias, la probabilidad de
padecer cáncer de pulmón, garganta, esófago o boca y úlceras
gástricas, disminuye las arrugas en la piel, ayuda a estar
más en forma, aumenta la salud bucodental, la energía, y un
largo etcétera por todos conocidos.
Sin embargo a la hora de dejar esta droga deberíamos saber
cuáles son sus efectos en nuestro cuerpo, como funciona el
hábito y cuáles son los efectos secundarios de su abandono
con el fin de estar preparados y poder abordar mejor el
proceso.
La droga en el cuerpo
La nicotina es una sustancia muy adictiva. Está catalogada
como una droga psicoestimulante aunque sus efectos son
estimulantes y sedantes a la vez. Con la primera calada ya
se pueden notar sus efectos: se produce una descarga de
adrenalina desde las glándulas adrenales y una súbita
liberación de glucosa. Esto produce una ligera estimulación
que suele durar entre 25 y 30 minutos y que posteriormente
va seguido de un cierto decaimiento que es lo que lleva a
encender de nuevo otro cigarro. Por esto el tabaco es la
droga que se consume con más asiduidad. La nicotina se
absorbe fácilmente al torrente sanguíneo y llega al cerebro
en pocos segundos. El estrés y la ansiedad influyen también
en la tolerancia y la dependencia de esta sustancia, ya que
este estado hace que nuestro cuerpo libere una hormona
llamada cortisol que reduce los efectos de la nicotina, por
lo que se necesita más cantidad de la misma. Este consumo
mayor, a su vez, hace que cada vez seamos más tolerantes por
lo que se entra en un círculo vicioso. Es el estrés también
facilita que muchas veces haya recaídas en el proceso de
desintoxicación.
Pero la nicotina a pesar de ser la sustancia que causa la
adicción no es la única que se encuentra en el tabaco y que
daña nuestro organismo. Un cigarro contiene cuatro mil
seiscientas sustancias nocivas para la salud. Entre ellas
monóxido de carbono (gas que se desprende por combustión de
hidrocarburos), polonio 210(sustancia altamente
cancerígena), acetona(removedor de pintura), arsénico(veneno
para ratas), amonio(usado para limpiar suelos),
cadmio(utilizado en la creación de baterías de coches) y
alquitrán.
Efectos secundarios de la retirada de nicotina
El proceso de habituación del cuerpo al nuevo estado que
conlleva el abandonar el tabaco acarrea una serie de
síntomas que la mayoría de las personas desarrollan en mayor
o menor intensidad. El conocerlos es importante para no
alarmarnos y para saber que son una parte normal de la
desintoxicación y que son transitorios. Los efectos más
comunes son los siguientes:
-Ansiedad e irritabilidad: Es la sensación más común
descrita por la mayoría de ex fumadores. El deseo de coger
un cigarro y la falta del efecto estimulante del mismo puede
llevarnos a este estado alterado e irritable.
-Falta de concentración: Es un síntoma muy normal y
desaparecerá a las pocas semanas de abandonar el tabaco e
incluso con el tiempo la capacidad de concentración
aumentará y su mente estará más despejada y activa que
cuando fumaba.
-Cansancio: Al principio muchas personas describen sentirse
muy cansados y necesitar dormir y descansar más de lo
habitual, de nuevo esto se debe a la falta del estimulante
de la nicotina, aunque remitirá en unos días sobre todo si
se empieza a hacer ejercicio o a llevar una dieta nutritiva.
-Tos, mocos, afonía: Forman parte del proceso de limpieza
que el cuerpo lleva a cabo para eliminar el daño que el
tabaco ha producido en los pulmones y el esófago. Toser más
de lo habitual en las primeras tres o cuatro semanas y tener
molestias en la garganta es normal y ayudan al organismo a
sanarse, es recomendable beber mucha agua para llevar mejor
el proceso. Cuando el cuerpo este limpio desaparecerán.
-Dolores de cabeza y mareos: Al dejar de fumar la cantidad
de oxígeno que llega al cerebro es mayor y al no estar
acostumbrado el cuerpo a esto hace que al principio se
produzcan pequeños mareos.
-Insomnio: Como consecuencia de la ansiedad y debido al
síndrome de abstinencia de la nicotina es normal que se
produzcan trastornos del sueño. Es común que se duerma menos
durante las dos primeras semanas.
-Aumento de peso: la nicotina es anorexígena, esto es, que
disminuye el apetito, también el tabaco produce una mayor
velocidad del metabolismo celular, más consumo de energía y
se almacenan menos grasas, por lo que es normal que al dejar
de fumar se suba un poco de peso, pero casi nunca más de 3 o
4 kilos. Además no todas las personas aumentan de peso.
-Necesidad de dulces: La nicotina mantiene los niveles de
azúcar en la sangre altos, por lo que al dejar de fumar
podemos sentir predilección por los dulces. Además los
niveles más bajos de azúcar ( hipoglucemia) provocan una
sensación mayor de hambre y también de irritabilidad.
Tratamiento de la adicción
Aunque algunas personas dejan de fumar por sí mismas existen
muchas otras que necesitan ayuda para conseguirlo. Se ha
demostrado que los tratamientos más eficaces son los que
combinan el tratamiento farmacológico con terapias
conductuales e incluso a son estas últimas las que más éxito
a largo plazo consiguen en la eliminación del tabaquismo.
Los primeros tratamientos farmacológicos fueron las terapias
de reemplazo de nicotina como el chicle o el parche
transdérmico de nicotina. Sin embargo uno de los fármacos
más utilizados hoy en día para combatir el síndrome de
abstinencia de la nicotina es el bupropión que es un
antidepresivo con efectos psicoestimulantes y ha sido la
primera medicación no nicotínica efectiva para dejar de
fumar. Esta sustancia actúa sobre los centros nerviosos en
los que actúa la nicotina y produce efectos similares pero
no crea adicción.
Sin embargo hoy en día se les está dando más importancia a
los tratamientos conductuales ya que la dependencia del
tabaco no es solo física.
Surge así un factor determinante que es el “craving”. Este
es un efecto psicológico que está definido como los deseos y
los impulsos, muchas veces incontrolables, que aparecen en
las personas dependientes. Estos impulsos tienden a ser
automáticos y pueden ser autónomos porque se producen aunque
el individuo trate de controlarlos. Las terapias encaminadas
a aprender a manejar estos impulsos, a reconocer situaciones
potenciales para las recaídas, a manejar el estrés y
técnicas para enfrentar los problemas están dando resultados
muy satisfactorios, sobre todo a largo plazo.
Aun así el proceso de desintoxicación es largo y hay que
estar alerta ya que la mayoría de las recaídas se producen
dentro de los tres primeros meses.
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