Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va. Han sido
dos amigos, dos hermanos de comunidad, los que nos han
dejado para reunirse con nuestro Padre Dios; dejando dos
huecos irrellenables en la parroquia de Sta Teresa. No sólo
ellos os echarán de menos, también, la parroquia de San Juan
de Dios, la de San José, la de Africa, la del Valle, Sta
Beatriz de Silva, las hermanitas adoratrices y nosotros los
de la parroquia de Sta María de los Remedios.
Querida Titi, seguro que cuando hayas llegado al Cielo, le
habrás quitado el mando al Santo que se dedique a dirigir la
cocina, ¡Cómo te vamos a echar de menos en la caseta de los
‘Peregrinos’! friendo tus berenjenas, espero que desde la
Gloria intercedas para que todo siga funcionando igual;
¡Cómo te han llorado los jóvenes y los niños!. Eras como una
madraza para ellos.
Y tú, querido Agustín, me recordabas al Santo Job; todo
paciencia y conformidad, a Abraham por gran fe. ¡Cómo
sufriste tu enfermedad ofreciendo el dolor por los demás!.
Puedes estar contento porque tras de tí, no sólo dejas una
esposa, hijos y yerno increíbles sino una gran comunidad y
toda una legión de catecúmenos evangelizados por tí, porque
llevaste al pie de la letra lo que nos dice Jesucristo: “Id
al mundo entero y proclamas el Evangelio y el amor de Dios”.
¡Cuánto te preocupaban los jóvenes!, y ¡Cuánto te han
llorado!
Bueno, ambos os habéis presentado al Padre con las manos
bien llenas. Os lloramos mucho, pero tenemos la plena
confianza de que Dios nos concederá un rincón como a
vosotros en la Gloria, ¡Dichosos vosotros que vais a vivir
la Cuaresma e el Cielo!
Jamás os olvidaremos y ¡Hasta que Dios lo quiera!
*Parroquia de Sta Mª de los Remedios
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