No del todo, pero no son muchos
los que voluntariamente se meten en el barco, en un día como
el jueves, la tarde del miércoles, o la mañana del viernes.
Otra vez, y debo repetirlo, sin que sea culpa de nadie,
Ceuta estuvo más de 24 horas soportando las inclemencias del
tiempo, unas inclemencias que no se habían previsto en los
pronósticos del tiempo, días atrás, pero que desde la Ciudad
y Delegación del Gobierno, en la tarde del miércoles,
supieron calibrar hasta donde podía llegar la situación.
En más de 30 años de estancia en Ceuta, y algún día malo
habrá habido en todo ese tiempo, no había conocido algo tan
desagradable como fue la tarde del miércoles, esa noche y el
jueves.
La situación se notó en todas las partes de la ciudad. En la
calle no se veían más personas que aquellas que
necesariamente tenían que salir. En el mercado había mucha
menos gente y muchos de sus puestos estaban cerrados. El
mar, visto desde la tranquilidad del piso alto del Parador
de Turismo de Ceuta, presentaba el aspecto de una “pradera”
con miles de “borregos” blancos. Y en la zona más tranquila,
en la bahía frente a Castillejos, otra vez en busca de un
sitio más tranquilo se veían nueve o diez barcos, esperando
un tiempo que fuera más favorable.
Sé que alguien, miope pero no exento de cierto daltonismo
que le haga justipreciar a su antojo y capricho lo que
estamos diciendo, ya estará pensando:” Y en toda España hubo
otro tanto”, o : “ En otras partes hubo más”.
Puede tener razón y seguro que la tiene, lo que ocurre es
que yo ese día estuve aquí y relato lo que aquí había, por
lo que no puedo hablar de otras partes más que por las
imágenes que he visto en las diversas cadenas de televisión.
Sea como sea, aquí más o allí igual, más o menos, lo cierto
es que la naturaleza nos está zarandeando, desde hace casi
seis meses, como no nos había azotado en muchos años, porque
ya es raro, y sigo con Ceuta, que en todo este tiempo, desde
los últimos días de septiembre, no hayamos tenido cuatro
días seguidos de buen tiempo. Es lo que ha habido.
Quienes mejor conocen cómo fluctúa el tiempo aquí, los
hombres de la mar, suelen decir que en torno a San José se
suele azotar con un fuerte temporal a Ceuta. De ser esto
así, si ello fuera matemático, ya habríamos pasado el de
este año, por delante del 19 de marzo. Esperemos que este
2009 de desgracias económicas no sea la excepción en cuanto
al tiempo y en vez de uno tengamos dos temporales, en torno
a esta fecha. En pocos días lo veremos.
Tengo delante de mí nuestro periódico El Pueblo de Ceuta,
del viernes 6 de marzo y observo el buen trabajo de Fernando
M. Caracena, con las fotos de Reduan y A. Samiñán que calcan
lo que fueron los destrozos: techo caído en el puente de
quemadero, Hospital del Ingesa, Catedral y sus cristales
rotos, destrozos en el López Díaz-Flor , desprendimiento en
una vivienda del Sardinero, muro de la estación marítima ...
, un formidable reportaje gráfico que pone de manifiesto su
saber estar en toda Ceuta ese día, aunque lo mejor hubiera
sido que esas fotos no se tuvieran que haber hecho, porque
el tiempo hubiera sido más favorable, con lo que en vez de
esas fotos, siendo la época que ya es, podrían haber sido de
los primeros bañistas que se acercan a las playas. Fue lo
otro.
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