Hasta hace poco yo pensaba, uno: que las zonas habilitadas
para aparcar los vehículos estaban destinadas a ese fin y
dos: que la carretera estaba para circular. ¿Hasta ahí bien,
no? Pues negativo: hace poco he descubierto que aquí en
Ceuta no es así, o por lo menos, no en la zona del poblado
marinero, que en vez de marinero debería llamarse el poblado
de los incívicos por la cantidad de maleducados e indecentes
que pasan a diario por allí.
Me estoy refiriendo, no a todo el mundo, por supuesto, sino
a todos los “guays” que se dedican a ir al McAuto (del
McDonald’s, obviamente) y claro, como quieren hacer su
pedido desde su coche tranquilamente, pues lo paran donde
sea. Que no hay sitio en el carril destinado a este fin,
pues lógicamente dejo mi coche parado en mitad de la
carretera y ahí que me pongo a esperar a que me atiendan.
De lo más normal; el único inconveniente es que detrás de
esos coches mal situados hay una fila que da la vuelta al
poblado y que tienen que esperar la mayoría de las veces más
de media hora para recorrer un tramo en el que normalmente
se tardan dos minutos. Y el caso es que por mucho que pites
no creas que se inmutan, hombre, que tienen hambre y no
pueden pensar ni reaccionar.
Debo decir que es cierto que el carril del McAuto es
prácticamente inexistente y que más bien parece un carril de
cochecitos de bebés porque son los únicos que caben en fila
de forma holgada, pero oigan ¡que los demás no tenemos la
culpa!. Reclamen al McDonald’s o al responsable de urbanismo
que se dedico a planificar tan concienzudamente el espacio,
pero compórtense. A mí también me encantaría dejar mi coche
en la puerta del gimnasio o de casa de mi amiga, o justito
en la puerta de mi trabajo, pero resulta que no puedo porque
está prohibido, es duro, muy duro, lo sé, pero así es. Así
que lo que me toca como a la mayoría es dar vueltas hasta
encontrar un hueco o estacionar a veces lejos del lugar al
que me dirijo.
Y pensando todo esto el otro día, me planteaba yo, mientras
esperaba en el susodicho atasco, que por qué esta gente no
hace lo mismo: ¿Es que los que lo hacemos pertenecemos a una
extraña raza extraterrestre? ¿Es que comportarse de una
forma simplemente “normal” (no digo ya de una forma
excepcional ni maravillosa), no es lo normal? O a lo mejor
es que muchos no nos hemos enterado y esa zona tiene otras
normas de circulación especiales que la DGT ha sacado para
gente súper guay.
Un misterio es desde luego, porque cuando estas pasando por
la cartelera del cine es como si de repente te adentraras en
una especie de Triangulo de las Bermudas por el que llegas a
una “zona de nadie” en la que cada uno hace lo que cree más
conveniente, para sí mismo, por supuesto. Y tu primer
pensamiento es ¡coño, otra vez me he metido por aquí!
sabiendo lo que te espera, como en el túnel del terror pero
sin túnel, porque miedo no da, pero angustia y claustrofobia
si, y mucha oiga.
Pero lo mejor y para rematar es que cuando llegas a la
altura de estos coches ves que la chica/o del McDonald’s les
está tomando nota, y pienso que está muy bien y que ya de
paso se podían ir a la Puerta del Sol o a la Gran Vía a
coger la comanda y a llevar los pedidos allí ya que por lo
visto quieren agrandar el negocio hasta el infinito y mas
allá.
Yo creo que la policía está al corriente de esta normas
especiales de circulación que los demás desconocemos, porque
por allí no pasa muy a menudo a multar a pesar del atasco
que se lía cada dos por tres. En fin, que si pasas por allí,
ya sabes, ármate de paciencia y de consideración, no hagas
como yo y te indignes, que los pobres están esperando para
comer.
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