Hace cierto tiempo, quizás un año
(de ahí el apartado II del título) comentábamos en estas
páginas el que solo con darse una vuelta por la ciudad de
Algeciras, podríamos apreciar como se siguen con todo rigor
las instrucciones emanadas del gobierno respecto de la
seguridad que debe imperar en lo que a control de viajeros
se refiere y, por consiguiente, el seguimiento de la acción
preventiva y de vigilancia que se contempla en la Ley
Orgánica de Protección Ciudadana en la que se recogen las
medidas de seguridad que podrá adoptar el Ministerio del
Interior en establecimientos e instalaciones comerciales,
industriales y de servicios para prevenir la comisión de
actos delictivos que se puedan cometer contra ellos cuando
se generen riesgos directos para terceros o sean
especialmente vulnerables.
Decíamos en aquel comentario y volvemos a repetirlo hoy, en
la Estación Marítima ceutí, (nos referimos en el control de
salida de viajeros hacia Algeciras) hemos podido comprobar
como se efectúan rigurosas inspecciones de identificación de
personas por parte de la Policía Nacional (hasta cuatro
agentes pudimos contar en un pasillo de no mas de un metro
de ancho), comprobación rigurosa del contenido de maletas y
objetos metálicos a través de un escáner para detección y
representación visual del contenido de los equipajes que
controlaban dos empleados de Policía Portuaria, aparte de la
presencia de varios Guardias Civiles. Y todo ello sin contar
los perros del Servicio Cinológico situados en la Frontera
del Tarajal expresamente para detección de explosivos de los
que pudieran ser portadores viajeros con destino a la
península de paso por nuestra Ciudad. Al llegar a la Aduana
de Algeciras, vuelta a la fiscalización de personas y
equipajes a través de la Guardia Civil y del escáner allí
instalado. O sea que todo ello merece mas de un párrafo de
felicitación a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado
por el control a que tiene sometidos a los viajeros que
utilizan los servicios marítimos de transporte de la línea
Ceuta-Algeciras, dada la latente amenaza terrorista a que,
queramos o no decirlo, estamos sometidos.
Pero llega la hora de la vuelta y apreciamos como Ceuta no
debe estar, a pesar de las informaciones que vienen
publicándose en los medios de comunicación, dentro de la
citada amenaza terrorista, ni las naves que transportan a
los pasajeros puedan ser objeto de un atentado, ni los
vehículos que utilizan este medio de locomoción ser
portadores de explosivos o terroristas. Todo ello según se
desprende de la total inexistencia de control y vigilancia
que hemos apreciado tanto de personas como de equipajes y de
vehículos ya que ni siquiera funciona el escáner de la
Estación
Marítima de Algeciras para control de viajeros que se
dirijan a Ceuta. Eso si, se inspecciona, con excesiva y
rigurosa escrupulosidad, por parte de las compañías
navieras, la titularidad del carnet de identidad en vigor
(no sabemos con que autoridad están investidas para ello), a
fin de que se acredite que se reside en Ceuta, la condición
de militar, la cualidad de pensionista o de familia numerosa
y, después de pasar el control y proveerse de la
correspondiente tarjeta, otro control en la sala de espera
de dicha tarjeta de embarque, tampoco sabemos con que fin. O
sea, que se extrema el control que evite el fraude de las
bonificaciones en el precio de los pasajes y, sin embargo,
no se tienen en cuenta (a nuestro entender de vital
importancia para preservar la seguridad de personas y
cosas), como está estipulado, las mismas medidas
antiterroristas que se llevan a cabo para salir de Ceuta,
como si en nuestra ciudad estuviéramos exentos de estas
amenazas y por lo tanto no fuera necesario adoptarlas. Por
todo ello nos seguimos preguntando por segunda vez: ¿estamos
protegidos en Ceuta?.
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