Quince funcionarios de la Jefatura Superior de Policía
Nacional de Ceuta, pertenecientes a las brigadas de Policía
Judicial y de Información se encuentran en Madrid para
declarar ante la Audiencia Nacional en relación a las
operaciones llevadas a cabo en la ciudad autónoma para la
detección de los movimientos de Tarek Hamed, uno de los
implicados como colaborador en la red Tigris que ahora se
juzga dedicada a la financiación de la propia red y al envío
de muyahidines a Irak. En los domicilios registrados del
acusado se hallaron armas, munición, droga y diferente
documentación que sirven de prueba contra él.
Unos quince funcionarios de la Jefatura Superior de la
Policía Nacional de Ceuta se encuentran en Madrid para
prestar declaración como testigos de las operaciones
llevadas a cabo en la ciudad con motivo de la investigación
y posterior detención del ceutí implicado en la llamada Red
Tigris, Tarek Hamed Hamu que ahora se juzga en la Audiencia
Nacional y en el que están acusados otros trece presuntos
terroristas.
Una vez oidas las declaraciones de los acusados, la Sala
prestará atención a las pruebas testificales, algo que
sucederá a partir de hoy. De modo que durante toda lo que
resta de semana los funcionarios que participaron en la
operativa de seguimiento, control y registros pertenecientes
a las Brigadas de Policía Judicial y de Información de la
Jefatura Superior de Policía en Ceuta aguardan en la
localidad de San Fernando de Henares, donde se celebra el
macro juicio, citados en calidad de testigos, a poder
aportar sus declaraciones sobre el desarrollo de las
operaciones llevadas a cabo en Ceuta en el mes de junio de
2005.
Operaciones policiales basadas fundamentalmente en la
práctica de varios registros domiciliarios realizados en
distintos casas de la barriada príncipe Alfonso vinculados
al detenido ceutí, Tarek Hamed. Pero también se ofrecerán
los detalles del seguimiento policial llevado a cabo que
acabó meses antes con la detención de Tarek Hamed en un
operativo antidroga realizado en la ciudad y donde estuvo
involucrado precisamente el que, meses más tarde, sería
encausado como integrante de la red Tigris.
Armas, munición y droga
La Policía, desplegada el 15 de junio de 2005 por el barrio
del Príncipe, con distintas órdenes judiciales en la mano,
halló diferente documentación en los registros realizados,
así como armas, munición y droga que forman parte de las
pruebas en este juicio. Pruebas que inducirían a corroborar
que Hamed Hamu se dedicaba a controlar ciertos tráficos de
droga y de armas con el que financiar algunas de las
operaciones de la red que básicamente se dedicaba a reclutar
y enviar ‘muyahidines’ a Irak.
Numerosa munición, varias armas cortas como pistolas, algún
revólver y un arma especial, un subfusil de asalto Cetme C-2
con capacidad para realizar 600 disparos por minuto se
requisaron en las viviendas que fueron objeto de registro.
Tarek Hamed Hamu fue detenido en el centro penitenciario de
Botafuego, en Algeciras, donde permanecía interno tras su
detención en abril de 2005 en Ceuta en una operación contra
el tráfico de estupefacientes.
Según las investigaciones llevadas a cabo y que han dado
cuerpo a esta operación antiterrorista que ahora se juzga,
Hamed Hamu habría sido reclutado por la organización y había
realizado, aparentemente, los rituales previos de
“aceptación del martirio en una acción a favor de la sagrada
Yihad”.
Al igual que Tarek Hamed Hamu, varios de los integrantes de
la red islamista investigada manifestaron expresamente su
voluntad de convertirse en mártires del Islam, lo que
mostraba -a juicio de los investigadores- la extrema
radicalidad y peligrosidad de la mayoría de los detenidos en
esta operación, dispuestos a cometer una acción terrorista
de carácter suicida en el momento que así lo dispusieran los
responsables de la organización.
14 detenidos
Se sientan en el banquillo de estas nuevas dependencias de
la Audiencia Nacional en la localidad madrileña de San
Fernando de Henares Samir Tahtah y Khaled Abibi [que
acumulan la petición de penas más alta como presuntos
dirigentes de la red] Kamal Ahbar, Yagoub Guemereg, Mohamed
El Idrissi y Driss Belhadi [acusados de integración]. Como
colaboradores se encuentran Said El Mazmouzzi, Ridouane El
Ouarma, Bilal El Saiti, Mustafa Mohamed Abdeselam,
Abdelmalik Abselam Amak, Aomar Hamed, Abdelbarie Dahane y
Tarek Hamed Hamu.
La Fiscalía consideraba que Tarek Hamed Hamu lideraba en
Ceuta una célula yihaidsta que se financiaba a través de la
delincuencia común y que tenía capacidad operativa para
cometer acciones terroristas y tenían la intención de
llevarlos a cabo. Según, el Ministerio Fiscal, esta célula
la conformaban también los acusados Bilal El Saiti, Mustafa
Mohamed Abselam, su tio Abdelmalik Abselam y Aomar Hamed.
los testimonios de estos cuatro acusados de conformar una de
las facciones de la célula establecida en Ceuta negaron su
relación con los hechos.
Según la acusación, la red Tigris se articuló en cuatro
grupos perfectamente definidos en Madrid, Barcelona,
Valencia y Ceuta, además de un grupo mixto con miembros de
Madrid y Barcelona en torno a la figura de Mohamed Larbi Ben
Sellam, uno de los implicados en el 11-M.
La instrucción realizada en su día por la Audiencia Nacional
concluyó que la red Tigris tenía un objetivo común, que era
el envío de “muyahidines” desde la Península Ibérica a Iraq,
con el objetivo añadido, en el grupo de Ceuta, del tráfico
de armas y de drogas.
Federico Azurmendi
Los integrantes de las “células” se comunicaban a través de
un amplio entramado de correos electrónicos, mediante los
que se transmitían instrucciones, claves o consignas, además
de apoyo financiero.
También utilizaban el correo electrónico para coordinarse
con sus líderes en Siria y Marruecos, representados
específicamente por Filali Ouali en el Reino Unido, que fue
quien puso en marcha la red.
En Ceuta, el principal responsable de la red Tigris era
Tarek Hamed Hamu, que utilizaba un correo con el nombre de
Federico Azurmendi Etxeberría. La investigación ha
acreditado una intensa relación entre Hamu y Ouali, y que el
primero facilitó su cuenta de correo electrónico a un tal
Abdelah que no es otro que Mohamed Afalah, uno de los
presuntos autores materiales del 11-M que huyó tras los
atentados y que podría haberse inmolado en Iraq.
Curiosamente un año y medio después el 12 de diciembre de
2006, también en Ceuta y en medio de la famosa ‘Operación
Duna’ donde el juez Garzón capitaneó una acción
antiterrorista en la ciudad autónoma en torno al barrio de
Príncipe Alfonso, la policía halló una carta en el domicilio
de uno de los detenidos, Ahmed Mustafa remitida por Tarek
Hamú cuando Mustafa se planteaba la marcha a Irak para
convertirse en terrorista suicida bajo las órdenes del
entonces número de Al Qaeda (ahora muerto tras un ataque de
las tropas americanas) Al Zarqawi. En esa casa, además de la
misiva de Hamú, se halló un testamento vital por el que se
consideró que el detenido se preparaba para viajar a Irak o
a algún país de la región.
La Fiscalía mantiene la petición de nueve años de prisión
sobre el ceutí.
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