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sucesos - MIÉRCOLES, 4 DE MARZO DE 2009


acusados de la red Tigris. archivo.

OPERACION POLICIAL ANTITERRORISTA EN CEUTA
 

Quince policías nacionales de Ceuta testifican en el juicio de la ‘red Tigris’

Formaron parte del operativo policial que
concluyó con la detención de Tarek Hamed en junio de 2005 tras detectar droga y armas en los domicilios registrados
 

CEUTA
Antonio Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Quince funcionarios de la Jefatura Superior de Policía Nacional de Ceuta, pertenecientes a las brigadas de Policía Judicial y de Información se encuentran en Madrid para declarar ante la Audiencia Nacional en relación a las operaciones llevadas a cabo en la ciudad autónoma para la detección de los movimientos de Tarek Hamed, uno de los implicados como colaborador en la red Tigris que ahora se juzga dedicada a la financiación de la propia red y al envío de muyahidines a Irak. En los domicilios registrados del acusado se hallaron armas, munición, droga y diferente documentación que sirven de prueba contra él.

Unos quince funcionarios de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Ceuta se encuentran en Madrid para prestar declaración como testigos de las operaciones llevadas a cabo en la ciudad con motivo de la investigación y posterior detención del ceutí implicado en la llamada Red Tigris, Tarek Hamed Hamu que ahora se juzga en la Audiencia Nacional y en el que están acusados otros trece presuntos terroristas.

Una vez oidas las declaraciones de los acusados, la Sala prestará atención a las pruebas testificales, algo que sucederá a partir de hoy. De modo que durante toda lo que resta de semana los funcionarios que participaron en la operativa de seguimiento, control y registros pertenecientes a las Brigadas de Policía Judicial y de Información de la Jefatura Superior de Policía en Ceuta aguardan en la localidad de San Fernando de Henares, donde se celebra el macro juicio, citados en calidad de testigos, a poder aportar sus declaraciones sobre el desarrollo de las operaciones llevadas a cabo en Ceuta en el mes de junio de 2005.

Operaciones policiales basadas fundamentalmente en la práctica de varios registros domiciliarios realizados en distintos casas de la barriada príncipe Alfonso vinculados al detenido ceutí, Tarek Hamed. Pero también se ofrecerán los detalles del seguimiento policial llevado a cabo que acabó meses antes con la detención de Tarek Hamed en un operativo antidroga realizado en la ciudad y donde estuvo involucrado precisamente el que, meses más tarde, sería encausado como integrante de la red Tigris.

Armas, munición y droga

La Policía, desplegada el 15 de junio de 2005 por el barrio del Príncipe, con distintas órdenes judiciales en la mano, halló diferente documentación en los registros realizados, así como armas, munición y droga que forman parte de las pruebas en este juicio. Pruebas que inducirían a corroborar que Hamed Hamu se dedicaba a controlar ciertos tráficos de droga y de armas con el que financiar algunas de las operaciones de la red que básicamente se dedicaba a reclutar y enviar ‘muyahidines’ a Irak.

Numerosa munición, varias armas cortas como pistolas, algún revólver y un arma especial, un subfusil de asalto Cetme C-2 con capacidad para realizar 600 disparos por minuto se requisaron en las viviendas que fueron objeto de registro.

Tarek Hamed Hamu fue detenido en el centro penitenciario de Botafuego, en Algeciras, donde permanecía interno tras su detención en abril de 2005 en Ceuta en una operación contra el tráfico de estupefacientes.

Según las investigaciones llevadas a cabo y que han dado cuerpo a esta operación antiterrorista que ahora se juzga, Hamed Hamu habría sido reclutado por la organización y había realizado, aparentemente, los rituales previos de “aceptación del martirio en una acción a favor de la sagrada Yihad”.

Al igual que Tarek Hamed Hamu, varios de los integrantes de la red islamista investigada manifestaron expresamente su voluntad de convertirse en mártires del Islam, lo que mostraba -a juicio de los investigadores- la extrema radicalidad y peligrosidad de la mayoría de los detenidos en esta operación, dispuestos a cometer una acción terrorista de carácter suicida en el momento que así lo dispusieran los responsables de la organización.

14 detenidos

Se sientan en el banquillo de estas nuevas dependencias de la Audiencia Nacional en la localidad madrileña de San Fernando de Henares Samir Tahtah y Khaled Abibi [que acumulan la petición de penas más alta como presuntos dirigentes de la red] Kamal Ahbar, Yagoub Guemereg, Mohamed El Idrissi y Driss Belhadi [acusados de integración]. Como colaboradores se encuentran Said El Mazmouzzi, Ridouane El Ouarma, Bilal El Saiti, Mustafa Mohamed Abdeselam, Abdelmalik Abselam Amak, Aomar Hamed, Abdelbarie Dahane y Tarek Hamed Hamu.

La Fiscalía consideraba que Tarek Hamed Hamu lideraba en Ceuta una célula yihaidsta que se financiaba a través de la delincuencia común y que tenía capacidad operativa para cometer acciones terroristas y tenían la intención de llevarlos a cabo. Según, el Ministerio Fiscal, esta célula la conformaban también los acusados Bilal El Saiti, Mustafa Mohamed Abselam, su tio Abdelmalik Abselam y Aomar Hamed. los testimonios de estos cuatro acusados de conformar una de las facciones de la célula establecida en Ceuta negaron su relación con los hechos.

Según la acusación, la red Tigris se articuló en cuatro grupos perfectamente definidos en Madrid, Barcelona, Valencia y Ceuta, además de un grupo mixto con miembros de Madrid y Barcelona en torno a la figura de Mohamed Larbi Ben Sellam, uno de los implicados en el 11-M.

La instrucción realizada en su día por la Audiencia Nacional concluyó que la red Tigris tenía un objetivo común, que era el envío de “muyahidines” desde la Península Ibérica a Iraq, con el objetivo añadido, en el grupo de Ceuta, del tráfico de armas y de drogas.

Federico Azurmendi

Los integrantes de las “células” se comunicaban a través de un amplio entramado de correos electrónicos, mediante los que se transmitían instrucciones, claves o consignas, además de apoyo financiero.

También utilizaban el correo electrónico para coordinarse con sus líderes en Siria y Marruecos, representados específicamente por Filali Ouali en el Reino Unido, que fue quien puso en marcha la red.

En Ceuta, el principal responsable de la red Tigris era Tarek Hamed Hamu, que utilizaba un correo con el nombre de Federico Azurmendi Etxeberría. La investigación ha acreditado una intensa relación entre Hamu y Ouali, y que el primero facilitó su cuenta de correo electrónico a un tal Abdelah que no es otro que Mohamed Afalah, uno de los presuntos autores materiales del 11-M que huyó tras los atentados y que podría haberse inmolado en Iraq.

Curiosamente un año y medio después el 12 de diciembre de 2006, también en Ceuta y en medio de la famosa ‘Operación Duna’ donde el juez Garzón capitaneó una acción antiterrorista en la ciudad autónoma en torno al barrio de Príncipe Alfonso, la policía halló una carta en el domicilio de uno de los detenidos, Ahmed Mustafa remitida por Tarek Hamú cuando Mustafa se planteaba la marcha a Irak para convertirse en terrorista suicida bajo las órdenes del entonces número de Al Qaeda (ahora muerto tras un ataque de las tropas americanas) Al Zarqawi. En esa casa, además de la misiva de Hamú, se halló un testamento vital por el que se consideró que el detenido se preparaba para viajar a Irak o a algún país de la región.

La Fiscalía mantiene la petición de nueve años de prisión sobre el ceutí.
 


Tarek Hamed ‘trapicheaba’ con el comercio de hachís y se le hallaron pistolas y subfusil de asalto español

La policía tiene un perfil claro del ahora detenido por su presunta relación con la trama terrorista que desde España operaba a las órdenes del por entonces lugarteniente de Bin Laden. Hamed cayó detenido en una operación antidroga llevada a cabo en Ceuta en el mes de abril de 2005, dos meses antes del desarrollo policial para acabar con la red islamimsta. En la Operación Tigris cayeron 32 individuos, de los que aún quedan por juzgar los 14 que actualmente se encuentran en plena vista oral en San Fernando de Henares. Entre esos que aun quedan por juzgar se encuentra el acusado ceutí al que se en los registros domiciliarios practicados se le hallaron, además de algunos kilos de hachís, varias pistolas, algún revólver, un subfusil Cetme y numerosa munición para armar precisamente al mini arsenal del que disponía. Los funcionarios policiales lo tienen fichado como un elemento que trapichea con el comercio del hachís, aunque por lo hallado en sus domicilios, cabe sospechar que también funcionaba con el ‘alquiler’ de armas para ciertos trabajos pandilleros en la zona. Era su modo de hacer dinero.
 


‘Tigris y Duna’, profilaxis islamista en Ceuta

Las operaciones Tigris y, fundamentalmente, la denominada ‘Duna’ que instruyó el juez Garzón y supuso el arresto en Ceuta de once ceutíes considerados islamistas radicales, miembros de organizaciones dedicadas entre otras al proselitismo de la yihad, supuso un golpe duro a las actividades con dosis de extremismo islámico que se realizaban, entonces en la ciudad y, fundamentalmente, en el Príncipe. Los ‘iluminados’ aparecían de la noche a la mañana campando a sus anchas desde mezquitas y zawías velando por la ultraortodoxia islámica. En una ciudad como Ceuta, con las peculiaridades de ciudad fronteriza y un elevado porcentaje de población musulmana, la presencia de extremistas es algo que se vigila permanentemente, aunque algunos se camuflan en organizaciones aparentemente inofensivas desde donde operar hacia una Ceuta islamizada, objetivo a medio y largo plazo.
 

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