PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - LUNES, 2 DE MARZO DE 2009

 
OPINIÓN / COLABORACION

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

Por Ana Isabel Escobedo (Aux. Administrativo), Rosario Álvarez (Dipl. Enfermería) y Rafael Alarcón (Lic. Psicopedagogía)


Este trastorno ha recibido muchos nombres en el pasado, daño o disfunción cerebral mínima, hiperkinesia, hiperactividad y déficit de atención, pero en realidad todo ello engloba una alteración importante de la atención que, muy a menudo, se da con una extrema actividad en el niño.

TDAH son las siglas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad que combina síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad, este trastorno abarca del 3 al 5 % de la población infantil, y se caracteriza según investigaciones recientes en una condición de carácter permanente que evoluciona con el paso del tiempo.

Los problemas derivados del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, atañen a la salud y preocupan a padres, familiares y educadores ya que dicho trastorno afecta a las relaciones sociales y al desarrollo integral del niño y aunque son trastornos diferentes, ambos presentan las mismas manifestaciones, y suelen ir juntos de la mano.

Los niños que sufren de TDAH, tienen una inquietud exagerada, lo cual ocasiona preocupación y problemas emocionales, tanto en ellos mismos, siendo tachados de “traviesos o insoportables”, como en los padres y educadores, los cuales generalmente no saben cómo atajar y tratar el mismo. Por este motivo es necesario e importante, el saber si los niños que lo sufren, tienen realmente un problema de salud o por el contrario son únicamente niños inquietos, siendo esta inquietud parte de su desarrollo normal; este aspecto es fundamental, ya que un diagnóstico equivocado puede tener consecuencias graves en el niño.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), provoca en quienes lo padecen que éstos no puedan estar quietos, concentrados y se aburran y abandonen de inmediato la actividad que estén realizando. Generalmente este problema empieza a manifestarse alrededor de los 5 años de edad y se hace más notorio durante la etapa escolar, si bien las causas de éste trastorno son desconocidas, en estudios realizados se han identificado algunos factores hereditarios, genéticos y ambientales, determinándose que en los hijos de padres con TDAH el riesgo de presentar el problema es entre 2 a 8 veces mayor, que en el resto de los niños.

Según la predominancia de síntomas se han descrito tres variedades clínicas que son:

A) La variedad mixta o combinada, que se configura como la forma más frecuente y representa 60% de los pacientes; la severidad de los síntomas de inatención, impulsividad e hiperactividad es similar y condiciona que estos pacientes tengan dificultades tempranas y severas.

B) La cariedad predominantemente hiperactivo-impulsivo. Es la menos común y posiblemente representa sólo el extremo severo del TDAH mixto, los síntomas condicionan actitudes disruptivas en los ámbitos social, familiar y escolar.

C) La variedad inatenta es probablemente la más común en mujeres, frecuentemente es subdiagnosticada ya que lo que predomina es la falla escolar en el contexto de un paciente que no presenta problemas del comportamiento ni hiperactividad.

En la actualidad, para desarrollar un diagnóstico certero del TDAH, se necesita una evaluación abarcadora con el único objetivo de descartar otras causas, y poder determinar la presencia o ausencia de condiciones coexistentes. El dictamen debe incluir una evaluación clínica del funcionamiento académico, social y emocional del individuo, así como su nivel de desarrollo, debiéndose obtener un historial cuidadoso de los padres, de los maestros y del propio niño.

Hay varios tipos de profesionales que pueden diagnosticar el TDAH, incluyendo psicólogos clínicos, neurólogos, psiquiatras, pediatras y médicos, utilizando para ello los criterios vigentes emitidos por el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su cuarta edición) o el CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, décima edición), debiendo de cumplir una serie de parámetros establecidos en el mismo.

El tratamiento del TDAH debe ser implementado por especialistas sobre la materia, en la actualidad dicho tratamiento debe ser de tipo multimodal, es decir, utilizando para ello fármacos, unidos a terapias psicosociales, debiendo evaluarse al niño de forma integral y particular, para aplicar uno, otro o ambos tratamientos.

No hay que olvidar que las personas que sufren este trastorno, pueden tener una vida productiva y satisfactoria cuando reciben el tratamiento adecuado. Algunos de los problemas que se pueden presentar si no se recibe tratamiento son: Fracaso escolar, depresión problemas en las relaciones sociales, problemas de conducta, baja autoestima, abuso de alcohol y drogas, etc., la mayoría de los niños con TDAH continúan con los síntomas durante la adultez, y pueden tener problemas en el trabajo y en el hogar a no ser que reciban el tratamiento.

Para finalizar diremos que es muy recomendable la detección precoz de este trastorno, debiendo ser diagnosticado y tratado única y exclusivamente por profesionales que lo conozcan adecuadamente, porque por muy inquieto que sea un niño, no quiere decir que éste sea hiperactivo como muchos piensan.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto