En días pasados, por aquello de
que no hay ninguna parcela en la que haya una perfección
absoluta, hablábamos de ciertas noticias que parecían
repetirse, desde los tiempos más remotos de la información y
que agrupábamos en un convencional título de “capítulo de
sucesos”.
Aquello puede ser el escaparate que llama más la atención a
todo el que ve o escucha cualquier tipo de incidentes o
accidentes, tanto en prensa como en televisión y algo menos
en radio.
Sin embargo en la trastienda o en el mismo mostrador de la
información hay cada día más anomalías que han entrado de
contrabando y sin pagar impuestos y que, cada vez más, se
expenden a precios de primeras marcas.
Me estoy refiriendo a palabras, frases y construcciones que
se nos han colado de rondón en nuestra lengua y que no habrá
Dios que las pueda echar fuera, dando la impresión de que es
“la otra invasión” que nos está atenazando.
Empezaré por la terminología que cada día se va metiendo más
en nuestra lengua, especialmente, en el mundo del fútbol y
aquí, claro está, como hemos importado, desde hace más de
medio siglo, cientos de futbolistas argentinos, brasileños,
algún chileno, paraguayos y uruguayos, pues con el
futbolista, incluso cuando entraban con aquellas fingidas
ascendencias hispanas o italianas, también venían los
términos utilizados allí y que aquí no significaban nada.
Si a esto le unimos el que alguno de ellos, un poco más
“leído” ha tenido la oportunidad de que fuera acogido en
ciertas cadenas de radio o de televisión, para hacer sus
comentarios, ahí nos encontrábamos ya con “dos al precio de
uno”.
Cuesta trabajo, si uno no conociera lo que se mueve en todo
este ambiente, comprender expresiones como. “tira al palo
corto”, o “se fue al palo largo”. Muy difícil es que por muy
alto que sea, o por mucho que brinque un jugador, se vaya
hacia el larguero o travesaño que es el palo más largo en
una portería. Y cuesta trabajo imaginarse una portería con
un solo poste o con dos postes pero de distintas medidas.
Salvo que se pueda dar eso, lo del palo corto o largo no
tiene cabida.
Y si seguimos con las retransmisiones, cosa que a lo largo
de nuestra vida hemos hecho en cientos de ocasiones, cada
día comprendo menos una de las frases que hoy por hoy suelen
irse copiando en aquellos que se ponen ante un micrófono, y
que dudo mucho que cualquiera de ellos se haya parado a
analizar lo que significa:” salen de la partida”, es una
frase que no hay un fin de semana que no oigamos más de cien
veces. ¿Qué quieren decir ahí?. Sencillamente no lo
entiendo.
Podría seguir con otras más, pero me quedo con otra joya que
en la prensa escrita se va haciendo habitual y que también
parece importación de “allende los mares”, la joya en
cuestión es:” el ENTRENO fue a las once”.Lo de entreno no sé
si será por abreviar en un mundo de la velocidad, porque de
lo contrario entreno no es más que un verbo y hasta ahora no
llevaba artículo.
Y como en la comunicación también tiene algo que ver la
publicidad, llevo dos semanas viendo el anuncio de una crema
dental con esta coletilla:” es por eso que necesitas...”,
aquí el origen es un poco más cercano, basta con echar la
vista al otro lado de los Pirineos, pero es todavía más
incorrecto.
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