La reinstauración del Califato
como institución político-religiosa de referencia para la
Umma (abolido como vimos el 3 de marzo de 1924 por Mustafá
Kemal en Turquía, 28 de Rajab de 1428 del calendario
islámico), aglutina el pensamiento ideológico afín al
movimiento islámico de todo signo, legal o ilegal, moderado
en los medios o extremista. De forma explícita o implícita,
el discurso sobre el Califato está firmemente anclado en la
daâwa (predicación misionera) conformando, en definitiva, el
cuaderno de bitácora del movimiento islámico mundial. En la
reivindicación califal coinciden pues todos, desde partidos
políticos legales, asociaciones culturales de todo tipo,
movimientos fundamentalistas como el Tabligh y los Hermanos
Musulmanes además de organizaciones terroristas como Hamás,
Yihad Islámica o la misma Al-Qaïda, siendo la exigencia de
instauración de la Sharia (Ley Islámica) el segundo punto
aglutinante, seguido de reivindicaciones territoriales.
El 12 de agosto de 2007, más de cien mil musulmanes
procedentes de todo el mundo incluyendo a delegaciones
europeas asistieron en Yakarta, convocados por el Partido de
Liberación Islámica (Hizb ut-Tahir), a una Conferencia
Internacional sobre el Califato. En esta macroconferencia de
Indonesia hubo un llamamiento explícito para aunar esfuerzos
dentro de la Umma (comunidad islámica) a fin de
institucional, otra vez, el Califato como referente
político-religioso común, idea que en la década de 1950 ya
había lanzado en Jordania Al Nabhani. Desde el año 2001 Al-Qaïda
promulgó referencias explícitas a la recuperación de Al-Andalus,
a las que en la primavera de 2007 se sumó Al_Qaïda en el
Maghreb Islámico (nombre desde enero de ese año del antiguo
Grupo Salafista para la Predicación y el Combate),
mencionándose por primera vez la necesidad de liberar (sic)
las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, ubicadas en el
norte de África, en lo que insistiría el 6 de agosto Al
Zawahiri en un vídeo de Al-Qaïda, comparándolas con
Chechenia.
¿En qué consistiría este Califato?. Sería un macroestado
musulmán regido por la sharia, que unificaría bajo el
Sagrado Corán en primer lugar a todos los países islámicos o
de referencia islámica; en segundo lugar, se reivindicarían
todos los territorios que alguna vez fueron musulmanes y en
los que estarían incluidas una buena parte de Europa: desde
el Cáucaso a los Balcanes, además de Grecia, buena parte de
Italia, todo las islas del Mediterráneo y naturalmente el
conjunto de España (referencia mítica de Al-Andalus);
finalmente, el Califato se impondría mundialmente (el Islam
es una religión de proyección universal), como declaraba en
la Conferencia Internacional sobre el Califato de agosto de
2007 en Yakarta el portavoz del Partido de Liberación
Islámica, Ismail Suyanto: “El Califato es un sistema
político islámico para establecer la sharia no solo para los
musulmanes, sino para todo el mundo”. Podemos rastrear la
reivindicación ideológica del Califato en modernos
pensadores muslmanes como Hassan El Banna, Mohamed Ghazali,
Sayyed Qutb, Al Nabhani, Maududi, Ayman Al Zawahiri, el
hispano-sirio Mustafá Setmarián (alias Abu Musa Al Suri) e
incluso el suizo Tariq Ramadán. Los terroristas yihadistas
que en 1981 asesinaron al presidente de Egipto, Anwar Sadat,
ya lo dejaron escrito en las celdas de su prisión “Califato
o Muerte”.
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