Pasada por agua. Así acabó la fiesta de Carnaval organizada
en el Alfonso Murube con motivo de la visita del Cádiz CF. Y
no porque la lluvia hiciera acto de presencia a lo largo del
encuentro, sino porque los gaditanos se encargaron, con dos
jarros de agua fría, de diluir lo que parecía iba a ser una
celebración de la afición caballa y su equipo. Teniendo en
cuenta que, tras una buena primera mitad, los blancos se
fueron al descanso por delante en el marcador, gracias a una
acción individual de Álvaro. Pero a los blancos les sigue
costando manejar el marcador, volviendo a dejarse remontar.
Algo que esta temporada ha sucedido demasiadas ocasiones.
Como no podía ser de otra forma, una vez que la directiva
propusiera una fiesta de disfraces en la grada, Benigno
Sánchez echó mano de sus mejores galas y vestió a su equipo
de ganador. Manteniendo la base del equipo que las últimas
semanas diera tan buenos resultados, dando entrada a De
Lerma en lugar del sancionado Javi Navarro. Confeccionando
un traje a medida del encuentro que, poco a poco, empezó a
dar éxitos. Aunque primero hubo que esperar a que
transcurriera un primer cuarto de hora de tanteo, en el que
la batalla se planteó en el centro del campo, al estar ambos
conjuntos con la defensa adelantada. Eso y a que el
colegiado no señalara un más que posible penalti de Juanfran
a López Silva.
A partir de ahí, las ocasiones de peligro caerían del lado
local. La primera nació de las botas de Elvis, quien se sacó
un disparo desde la frontal que salió rozando el palo. La
segunda surgió al botar David Fas una falta lejana que
escupió el travesaño. Siendo a la tercera la vencida, ya
que, esta vez, la madera no repelió el disparo de Álvaro con
pierna izquierda, tras una fenomenal jugada individual del
cordobés. Un tanto que sirvió para que equipo y jugadores
fueran de la mano.
Viéndose por debajo en el marcador, los gaditanos intentaron
devolver la igualada por la vía rápida, al rematar Ormazábal
un balón colgado desde la diestra por Enrique, que murió en
las manos de Lledó. Una acción aislada, ya que el conjunto
caballa supo mantener el esférico lejos de su portería.
Volviendo a inquietar las inmediaciones de la portería
amarilla, tanto a balón parado como en ataque estático. Y
así, antes de encarar el túnel de vestuarios, los blancos
gozaron de una nueva oportunidad a la salida de un córner,
que acabó con un disparo de David Fas directamente fuera,
después de que Juanfran desperdiciara un mano a mano con
Kiko Casilla. O que Duque obligara al arquero cadista a
ceder un nuevo saque de esquina, al disparar desde fuera del
área. También, en los últimos compases del primer acto, los
de Xabi Gracia adelantaron líneas, intentando devolver la
igualada, aprovechando el desconcierto de la zaga local.
Disfrutando Ormazábal de la última oportunidad, al
internarse en el área caballa y sacarse un disparo que Lledó
volvió a detener.
En la segunda mitad, el cuadro visitante siguió por los
mismos derroteros, merodeando la puerta de un Lledó que sacó
de dentro un remate de cabeza de un Ormazábal que estaba
totalmente solo. Lo que sirvió para corroborar un dominio
amarillo que, poco después, se traduciría en goles. Ya que,
cumplido el primer cuarto de hora, los visitantes
devolvieron las tablas al electrónico, al recoger Enrique un
pase de Toedli a la espalda de la defensa, y definir con un
brillante zapatazo a la escuadra. Un tanto ante el que los
ceutíes se intentaron recomponer, introduciendo a Álex
Colorado por David Fas. Teóricamente para recuperar el
esférico y llevar peligro a la portería rival. Pero
teóricamente, ya que la sustitución sirvió para generar
desorden. Situándose Álvaro en la derecha y Colorado en la
mediapunta. Con lo fácil que hubiera sido sentar a De Lerma
y mantener el dibujo, teniendo en cuenta que el extremeño no
está para 90 minutos.
Un decorado ante el que, apenas ocho minutos después del
empate, llegó el segundo gol, muy parecido al de Enrique. Al
meter éste un balón a la espalda de la defensa, por cierto
descolocada, para que López Silva batiera a un Lledó que
estaba totalmente ´vendido´. Precipitándose, con el uno a
dos y a falta de veinte para el final, la entrada de Fran
Amado. Pero las ocasiones tampoco llegarían. Únicamente, a
balón parado, Alberto puso a prueba los reflejos de Kiko
Casilla, pidiéndose también un posible penalti de Juanma a
remate de Elvis.Un día en el que el nigeriano estuvo más
acelerado que de costumbre, con Álvaro arrinconado en banda
izquierda. Por lo que parecía difícil la gesta. Al final, el
Ceuta se disfrazó de perdedor, facilitando el triunfo a un
Cádiz que demostró oficio de líder. Aflorando las carencias
de los ceutíes, demasiado acostumbrados a encomendarse a la
inspiración de sus futbolistas. Porque, en lo colectivo,
nada de nada.
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