Hemos comentado en muchas
ocasiones que poco lejos se puede ir en turismo, si un lugar
determinado no tiene un atractivo especial en el terreno de
la hostelería.
Cuando una localidad goza de una hostelería digna y
competente, una parte considerable de los clientes llegan
por sí solos con el reclamo de esos lugares que son
acogedores y permitirán el cambio de ambiente a aquel que se
dispone a disfrutar fuera de su cotidiana actividad.
Bien cierto es que si hay un buen lugar, pero no está
atendido “como Dios manda”, con los primeros rumores de que
aquello “no marcha” se queda “la jaula” pero hacia ella no
se acercan “los pájaros”.
Ceuta puede exhibir y espero que cada día un poco más,
cuando menos, tres hoteles en los que los clientes, del otro
lado de la frontera o del otro lado del Estrecho, se van a
encontrar cómodos y, por tanto, será desde aquí desde donde
se hará el principal reclamo a los forasteros.
Veo con satisfacción, que la noche del viernes en el Parador
Hotel La Muralla se dio una extraordinaria cena de carnaval,
y me doy cuenta, llevo 15 años viviendo aquí, que esto ha
comenzado desde el año pasado. Años atrás no recuerdo este
tipo de fiesta o de atracción. Por algo se comienza.
Naturalmente y no debemos obviarlo, una fiesta de este tipo
tiene que verse, al menos, desde dos vertientes, por un lado
la económica, puesto que toda empresa tiene que mirar sus
cuentas de resultados, al final de campaña, y el Parador de
Turismo de Ceuta no iba a ser una excepción, con lo que
desde su director hasta el resto del equipo de trabajadores
intentan lograr todo lo que puedan. Todos salen ganando.
Pero malo sería si se quedaran sólo en lo económico. Ahí, si
uno no se marca otras metas, podría darse el “pelotazo” un
día y luego a mirar a las estrellas. No es así y me consta
que esta cena, así como el baile de disfraces del sábado,
también van con la idea de empujar y apoyar el carnaval de
Ceuta, agradeciendo, digo bien AGRADECIENDO, el
comportamiento de las comparsas que acuden
desinteresadamente.
Aquí y las cosas hay que decirlas como son, estamos ante lo
que en el más puro castellano, acostumbramos a decir: “matar
dos pájaros de un tiro”. Porque con esta cena las comparsas,
que es lo que más les agrada a ellas, vuelven a salir y
vuelven a actuar, dando vida al trabajo que durante tantos
meses realizaron. Se valora y de verdad.
Y ¿Cómo se puede empujar más, en concreto, desde aquí el
carnaval?. Colaborando con lo que cada uno tiene y sabemos
que desde la dirección del Parador de Ceuta el año próximo
se va a hacer todo lo posible y lo imposible para que esas
comparsas cuenten con los salones de él para aquella
actividad que tengan en el precarnaval, lo que implicaría
que esos precarnavales podrían tener su desarrollo en el
Salón Torre del Parador de Ceuta.
¡¡Qué poco nos equivocábamos cuando, con sólo 15 días aquí,
ya dijimos, y ahí está escrito, que Pedro Fernández daría la
vuelta a este Parador que se estaba deteriorando en los
últimos tiempos!! A las pruebas nos remitimos. Ceuta,
Carnaval y Hostelería, unos 120 comensales, cena
perfectamente amenizada por las comparsas que actuaron en el
concurso. Una noche festiva más.
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