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OPINIÓN - DOMINGO, 1 DE MARZO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

El trío de la bencina
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Es incapaz de aceptar sus fracasos en las urnas. Que han sido ya muchos y sonados. Su obcecación le ciega y sigue sin tener conciencia de sus mediocres posibilidades. Así que es fácil recordarle que todo fracaso acompañado de ofuscación no es más que una fragilidad del individuo.

Un día, de hace ya bastantes años, cuando estaban a punto de abrirse los colegios electorales, lo entrevisté y le pregunté si se consideraba inteligente. Y me respondió que no era inteligente, sino muy inteligente. Y metió la pata hasta el corvejón. Puesto que si algo no debe hacer un político es alardear de pensar bien.

Juan Luis Aróstegui lleva mucho tiempo queriendo ganarse la confianza de los ciudadanos, pero no lo consigue. Porque carece de ese tirón tan necesario para que su discurso cale entre la gente. Y se pregunta, una y mil veces, que tendrán otros, a quienes tacha de advenedizos de la política, para llevarse a los votantes de calle y convertir esa entrega en un éxito arrollador en las urnas.

Esa situación le causa dolor y le hace experimentar un profundo encono contra todas las formas de burocracia donde él no sea quien decida lo que tienen que hacer las administraciones. Y permanece siempre dispuesto a hacerle la vida imposible al poder. Y lo hace por sistema. Mientras las autoridades locales, tal vez por compasión, nunca tratan de humillarle. Es más, me consta que aconsejan más bien que se le ignore. Lo cual no es posible.

Pues cómo se puede ignorar a un tipo que no tiene el menor empacho en escribir que “El centro penitenciario que el Gobierno de la Nación pretende construir en nuestra ciudad amenaza en erigirse en otro monumento a la patológica estulticia del pueblo ceutí”. Es decir, llama enfermos de necedad a todos los ciudadanos y se queda tan pancho.

Bien está que diciendo cosas así, y otras como que el delegado del Gobierno y el presidente de la Ciudad mantienen un opaco conciliábulo cada vez más pestilente, haya llegado a ganarse el afecto de Mohamed Alí y su confianza como para que éste le permita meter las narices en los asuntos internos de la Unión Democrática Ceutí. Con lo cual está propiciando que Aróstegui le siembre la cizaña en el partido y termine por destruirlo. Y cuando ello ocurra, que ocurrirá, a Alí sólo le quedará llorar por lo que no ha sabido defender...

Mas lo que no tiene nombre, por más que se mire desde distintos ángulos, es que Francisco Antonio González haya caído en la trampa de citarse con Comisiones Obreras, hace una semana, con el único fin de dejarse fotografiar con el secretario general del sindicato, para sacar de quicio a sus compañeros de partido que están formando parte del Gobierno de la Ciudad.

Darle esa satisfacción a Aróstegui, para hacer de menos a Vivas y a Gordillo y procurar enfrentarlos a José Fernández Chacón, me parece de una inoportunidad tan grave como para catalogarla de pecado capital. Para comportarse así hay que andar desnortado. El hecho de que el diputado haya recibido al secretario general de CCOO para estudiar ambos la manera con que el primero exigirá respuestas acerca del proyecto de la cárcel a Instituciones Penitenciarias, me parece un acto impertinente, improcedente, inconveniente... Y todo un despropósito por parte de Pacoantonio. Con su pan se lo coma el diputado del PP.
 

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