Cuando hace un mes comenzó a
circular por la Calle Real, recién remodelada, pero no para
la circulación rodada, el autobús, quienes querían apuntarse
un tanto y tener la parada a la puerta de su casa, pensaron
que ya se había logrado el objetivo marcado. Craso error.
Por ese tramo de la Calle Real pasan el autobús de la Línea
1 y algunos taxis, de momento, guardando los límites de
velocidad marcados, es cierto, pero sin la clientela que
toda empresa aspira a tener para que no sea algo ruinoso.
Ahora, un mes después, con números, los que ofrece la
empresa Hadú Almadraba, se ve que la necesidad no debía ser
tan grande, cuando ese autobús es utilizado diariamente por
unas 70 u 80 personas. ¡¡Vaya fracaso!!.
El autobús hace el recorrido, no logra sacar ni la mitad de
los gastos que le acarrea el trayecto y eso sin contar el
desgaste de un vehículo que cuesta muchos “millones de
pesetas” ponerlo en circulación y que, necesariamente, la
empresa tiene que ir amortizando, día a día.
La idea de quien tanto solicitaba el paso del autobús por el
centro, era la de dar cobertura a los más mayores, aunque
hay que pensar que los más mayores no tienen por qué vivir
sólo en ese trayecto, hay personas mayores en otras zonas
por las que no pasa el autobús por su misma puerta. Eso es
un hecho.
Desde la Ciudad la solución se veía como la más adecuada y
podría haber sido, pero no lo está siendo, mientras que lo
que sí está llevando aparejado ese trayecto es que esa calle
que se terminó de remodelar, hace poco más de dos meses, no
parece ahora mismo, ni de lejos, una de las calles puestas
de largo recientemente.
Con esto, pues, dos pájaros de un tiro, pero ese tiro no dio
en la diana. A lo sumo, puede servir para seguir con alguno
de esos votos, no con todos y realmente caros votos le
salen, si es así, a la Ciudad, a los contribuyentes y a la
empresa Hadú Almadraba.
Está bien que haya comisiones que reclamen y que digan:”esta
boca es mía”, pero eso en pequeños proyectos puede tener su
valor, lo que no quiere decir que sea el mejor método a
seguir, porque por ese camino, en muy poco tiempo, y se
están dando los primeros pasos, cualquier proyecto de
importancia puede ser tirado para atrás, si cada uno va a
tener aprisionados a aquellos a los que en su día, tal vez,
dio un voto.
Comisión y reclamación para el paso del autobús por una
calle no acondicionada para la circulación de vehículos.
Comisión y rechazo de cierto espectáculo que pretendía traer
la Consejería de Cultura; comisión para dar nombre a pistas
o a polideportivos. Demasiadas comisiones parecen esas.
Con todo esto, parece que, el que dé más voces será el que
más razón tenga o el que logrará más cosas, sean necesarias
o no, sean convenientes o lo contrario, para la ciudad,
mientras que aquellos que no se dejen oír, pero sí pagan
impuestos, además de soportar, es democrático, que las
riendas de la Ciudad las lleven las personas que fueron más
votadas, esos tendrán que soportar el vocerío de los que
prefieren el alboroto a lo auténticamente razonable y
necesario.
Es lo que traen los tiempos, posiblemente esto sea el
moderno progresismo, desde la derecha o desde la izquierda,
términos que para mí hace tiempo que dejaron de existir,
porque casi nunca van a tono con lo razonable.
|