“La mirada posada en un detalle muy pequeño” es el nexo de
unión de las 21 imágenes que ha reunido Javier Sakona,
conocido periodista de Ceuta, y que cuelgan desde ayer en la
Sala Café Club. Bajo el título de ‘Sinécdoque’ –figura
literaria que muestra una parte para describir el todo–, la
exposición se centra en micropaisajes y lugares inventados,
sacados de su contexto para crear un paisaje nuevo, propio.
“En el fondo sólo es un atajo ante la dificultad de plasmar
la belleza de un paraje natural o urbano en todo su
esplendor”, comenta el autor, quien se reconoce como un
aficionado a la fotografía que no quiere dejar de serlo.
La muestra recoge una veintena de imágenes que buscan un
lenguaje propio a través del detalle, divididas en dos
grandes grupos en función a la técnica utilizada: color o
blanco y negro. Las primeras recorren Ceuta, Bilbao,
Cantabria, Ronda o París entre 2006 y 2008; y las segundas
son todas micropaisajes urbanos ceutíes, bilbaínos y
parisinos captados a lo largo del año pasado.
“Se lo vi hacer por primera vez a un fotógrafo de
Santander”, comenta Sakona, “hacía detalles milimétricos de
grafitis dando a una pintada anónima, sin gracia e insulsa,
una amplitud artística gracias a extraer un detalle”.
El periodista vizcaíno no desaprovechó desde entonces las
posibilidades de esa técnica y hoy se pueden ver una
veintena de “paisajes inventados”. Como dice: “Un recurso
para no abandonar el paisajismo, la disciplina original, en
la que se inicia cualquier aficionado”.
Así es como se reconoce, aficionado, “y no quiero dejar de
serlo”. Porque ser amateur implica, según el manual de
Sakona, “pasear con la cámara y aislarme del mundo”, así
como “poder hacer muchas fotos y olvidarme de ellas”.
Sakona elige entre todas la fotografía del interior de un
tronco de roble quemado en el que crecía musgo en la boscosa
zona cántabra de Valderredible. Un buen ejemplo de lo que es
la muestra, que “apela a la imaginación del espectador” para
ser comprendida.
Se entiende que el trabajo que reúne en la Sala Café Club no
tiene nada que ver con el reporterismo. “Muchas son hechas
después de ruedas de prensa”, advierte el delegado del
Diario Sur en Ceuta, que ha pasado también por este medio,
EL PUEBLO, y la Radio Televisión de Ceuta.
“Como siempre llevo la cámara colgada por profesión o
afición”, explica el periodista, quien comenzó a apretar el
disparador hace una docena de años con una Zenit 12
–analógica, por supuesto– de fabricación rusa. “Eran muy
buenas cámaras, pero muy toscas”, señala nostálgicamente.
Como todo aficionado con talento, Sakona escoge con tiento
entre los grandes. Sus favoritos: el brasileño Sebastiao
Salgado y el francés Henri Cartier-Bresson. “Estos dos son
inalcanzables”, dice, al tiempo que manifiesta sus
preferencias también por un tercero en discordia: “García
Alix y esa capacidad de retratar a gente anónima, sobre todo
las fotos de los punkis y la noche madrileña”.
“Todas las imágenes han pasado de la cámara al papel, sin
retoque o manipulación”, quiere dejar claro antes de que se
le olvide, “son imágenes vírgenes, el Photoshop jamás puso
su tecnología sobre ellas”, concluye el fotógrafo que quiere
ser aficionado.
|