El Ministerio del Habús y de Asuntos Musulmanes ejecuta las
directivas en materia religiosa de SM el Rey, Mohamed VI, en
virtud de su condición de Príncipe de los Creyentes, que
desde que accedió al trono en 1999, ha abogado por la
integración del ámbito religioso en la reforma global del
espacio público e institucional marroquí. La gestión del
ámbito religioso es similar en la actualidad al resto de
instituciones del país que se modernizan, descentralizan y
desconcentran.
Sin lugar a dudas, la gestión del ámbito religioso en
Marruecos atraviesa un proceso de modernización y
racionalización único en el mundo musulmán, readaptando el
papel de las mezquitas a los cambios que vive la sociedad.
Los datos al respecto son claros: más de 2000 mezquitas han
sido equipadas con sistemas televisivos de predicación y
formación a distancia que permite a las más aisladas tener
acceso a la información y formación coherentes, de acuerdo
con la tradición religiosa marroquí. Se ha invertido en
nuevas tecnologías electrónicas de transmisión del
conocimiento. Para eso se han creado Radio Mohamed VI para
el Corán, un portal de Internet y una cadena de televisión,
Assadisa (La sexta).
El discurso transmitido de estos medios de comunicación es
un discurso de tolerancia, de respeto con los demás puntos
de vista en el marco de la unidad de culto marroquí, basada
en el rito maliki, así como que promueven la creatividad y
los intercambios con otras culturas y sociedades. Estos y
otros elementos hacen de Marruecos un modelo de gestión del
culto musulmán.
Igualmente, cabe destacar la incorporación de la mujer a los
altos cargos religiosos, a la cual se le garantiza el acceso
a todas las funciones de transmisión del saber religioso,
incluida la función de juez. No faltan ejemplos. Cada año se
designa una mujer para presentar ante el Rey una charla
religiosa durante el mes de Ramadán. Hay mujeres miembros
del Consejo Superior de los Ulemas y de sus Consejos
Regionales. También están presentes en puestos de
responsabilidad del Ministerio.
El Islam que se quiere transmitir es un Islam de moderación,
de respeto al prójimo y de templanza. La idea es hacer de la
educación religiosa una herramienta esencial para restar
fuerza a las expresiones xenófobas, a los estereotipos y a
los prejuicios.
Una de las obligaciones que se encomienda el Ministerio
consiste en dar respuesta a las demandas espirituales de los
ciudadanos que desean vivir serenamente su espiritualidad y
que buscan referentes anclados en la tradición maliki. De
este modo, la gestión del ámbito religioso se convierte en
servicio público, garantizado por el Estado y bajo la
responsabilidad de SM el Rey, el único que une lo político y
lo religioso, con el único fin de salvaguardar el carácter
sagrado de la religión y no dejarla en manos de opiniones o
grupos partidistas.
Tanto que el modelo de gestión puesto en marcha es pionero
en el mundo musulmán, siendo de gran admiración por su
enfoque y valentía.
Independientemente de que con estas actuaciones se pretende
afianzar la participación del Estado en la práctica
religiosa de sus ciudadanos, a la vez que se despoja de
razones y oportunidad a la voz fundamentalista, el proceso
puesto en marcha tiene como fondo sustancial el dar
respuesta adecuada a un mundo más abierto, en el que cada
vez se hacen más necesarias las relaciones recíprocas e
influencias mutuas, es, en definitiva, una forma que no
ignora las dudas planteadas sobre el lugar que debe ocupar
la religión en el mundo moderno, ampliando la capacidad que
permitirá realizar reflexiones mutuas más eficaces, evitando
enfrentamientos entre civilizaciones y valores.
Teniendo como referencia los procesos puestos en marcha,
convencidos de que el Islam a proyectar tiene sus bases en
la tolerancia y máxima disposición hacia el prójimo,
independientemente de su credo político y/o religioso,
muchos Estados europeos y de otros continentes, reclaman de
Marruecos ayuda para asistir espiritualmente a los
musulmanes residentes en sus territorios. De este modo,
existen marcos de cooperación para el envío de imames,
salidos del nuevo proceso de preparación, siendo su número
muy limitado en relación con la demanda, debido al alto
grado de selección impuesto, incluidas sesiones de formación
y sensibilización para aprender sobre las sociedades que
visitan, siempre en función de su competencia y de su
disponibilidad para participar en la integración de los
musulmanes en esos países.
SM el Rey, en la última sesión ordinaria del Consejo
Superior de Ulemas, celebrada en Tetuán, manifestó su firme
voluntad de seguir adelante en la renovación y modernización
del campo religioso del país, al objeto de “garantizar la
seguridad espiritual de la nación”, anunciando una serie de
medidas destinadas a consolidar los logros realizados en
este ámbito.
“Siguiendo la vía que hemos trazado para la
descentralización y desconcentración, hemos decidido que se
reconsidere el mapa de repartición de los Consejos Locales
de Ulemas, con el fin de realizar el objetivo sobre el que
tanto insistimos, a saber, la necesidad de considerar las
especificidades y tradiciones de los habitantes de cada
región, compartiendo sus preocupaciones religiosas”, explicó
el monarca.
También destacó que la reforma institucional puesta en
marcha sólo podrá completarse con la activación del papel de
las mezquitas que constituyen el “corazón palpitante de la
esfera religiosa” y uno de los pilares principales en el
cual se basa nuestro plan de ilustración religiosa.
En igual contexto, el monarca se refirió al extremismo
religioso, “Hemos decidido poner en marcha un plan de acción
pionero consistente en la Carta de los Ulemas, que
constituye un programa modélico de movilización,
sensibilización y concienciación, en el que su papel es la
aclaración y dirección religiosas y dedicarse de lleno a la
preparación de imames de las mezquitas, además de su
presencia en los pueblos y ciudades para concienciar y
orientar a la gente, combatiendo y refutando los extravíos
extremistas.
El Ministerio del Habús y de Asuntos Musulmanes tiene la
obligación de proveer a todo musulmán que lo solicite de los
medios necesarios para que pueda vivir serenamente su fe, en
preceptos anclados en una tradición de moderación, como es
el caso de la escuela malikí
Esto no es nada nuevo: El Ministerio asiste espiritualmente
a todos los musulmanes residentes en el extranjero que así
lo solicitan, mediante convenios con los Gobiernos de sus
países de residencia.
El avance de la familia fundamentalista conlleva el
retroceso de aquellas contrarias a sus postulados, ya no
solo musulmanas, de carácter normal y moderado, tal como la
define el Ministerio de Asuntos Musulmanes, sino judías,
hindúes y cristianas, siendo esta última la que más desgaste
puede sufrir. Cuanto más aparecen en el panorama los
primeros, más cohibidos los segundos, y así más fuertes los
primeros, y más débiles los segundos y, siguiendo la
progresión, los primeros obtendrán poder de influencia en
detrimento de los segundos, que la perderán y, en
consecuencia, podrían optar por dejar el lugar, dejando
vacíos que, sin duda, ocuparán los primeros.
Bienvenido, pues, ese Islam tolerante que el Habus propugna,
incluidos los sistemas televisivos de predicación en las
mezquitas, haciendo partícipes a los musulmanes de Ceuta en
el nuevo modelo de gestión de culto, así restando fuerzas a
discursos y proyectos de indescifrable resultado, sin que
exista necesidad de reacción o aparición de opiniones
contrarias a las mismas.
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