Por fin me llegó la hora de dejar
el trabajo profesional de toda la vida, temporalmente, en mi
situación trabajador-no trabajador o séase jubilado parcial
al 15% (como si fuera un saldo en rebajas) y salgo a la
calle respirando aire… polucionado.
Bueno, estos treinta y dos días, que me han tocado trabajar
este año, los he pasado como un juez instructor que
investiga si las medidas tomadas (dimensionado) por un grupo
de jóvenes profesionales de la cosa arquitectónica son
correctas, aunque no me compete juzgarlas.
Hoy, por el miércoles, es el primer día del año en que me
siento libre de una de mis obligaciones laborales, las otras
siguen vigentes, y para mayor alegría el repunte de algunos
constructores me permite seguir con mi pasión: la
arquitectura, aunque fuera del entorno laboral oficial.
Escribamos sobre el tema candente de los corruptos. Creo,
sinceramente, que el PP se pasa de rosca con su manía de
destruir todo lo habido y por haber con el sólo objetivo de
demostrar al mundo (?) que ellos poseen la verdad.
Se han aferrado a una cacería que sólo tiene de malo en que
haya participado un ministro sin licencia para matar
animalitos. Si se hubieran empecinado en ese problema, el de
carecer del documento permisivo, habrían calado en la
mayoría de las opiniones, pero empecinarse porque ha ido con
un juez…, me parece una hipocresía muy grande. Recordemos
que el ex ministro pertenece a la escala judicial y además
no existe ninguna ley que nos prohíba ir a donde queramos
con alguien, aunque ese alguien sea Dios.
Si tan empeñados están contra el juez instructor de los
casos de corrupción… ¿porqué no lo estuvieron cuando comenzó
la segunda fase del caso “Guateque”?, porque en ese caso
tenían todas las bazas a su favor ya que el vice alcalde de
Madrid, segundo de Gallardón, comía con el juez instructor
del caso, perteneciente al juzgado nº 31 de Madrid, días
antes de las detenciones de los corruptos implicados. Madrid
huele a corrupción de norte a sur y de este a oeste e impera
la “orden” o consejo que les diera el impresentable: “hay
que actuar sin complejos”. Eso es lo que están haciendo los
peperos, sin complejos y con mucha cara dura… ¡manda
huevos!... ¿verdad Trillo?, por eso están interesadísimos en
que sean los juzgados de Madrid y de Valencia, donde
“reinan” los peperos, los que lleven el caso.
El instructor sólo instruye el caso, que es tramitar un
procedimiento judicial. No es juzgar y por ello la querella
del PP por prevaricación está fuera del contexto,
legalmente. Ni puede personarse en la causa porque,
sencillamente, no es un juicio.
Además la jurisdicción es una función estatal y para el
Derecho constitucional y las Ciencias Políticas es un poder
del Estado y conlleva la unidad conceptual, que significa
que es una sola, sin aceptar clasificaciones ni divisiones.
Recuerden que estamos tratando de la instrucción, que no del
juicio en sí, dentro del marco de competencias objetivas
para determinar la jerarquía judicial del tribunal al que le
corresponderá conocer y decidir el asunto “Gürtel” en
función de la materia (y cuantía) del mismo. En éste caso,
el juez instructor tiene la garantía de fijeza o de
radicación con arreglo a la ley y el conocimiento del
negocio y ello no se alterará, en competencias, por causa
sobreviniente. Utiliza como principio el de prevención y si
fueran competentes dos o más tribunales para conocer el
asunto, el que haya prevenido en el conocimiento excluye a
los demás que cesan de ser competentes, por ley.
Bueno, sólo he expuesto mi humilde opinión que no tiene
pretensiones de instruir a nadie sobre el tema jurídico. Por
ello, por su simplicidad conceptual, considero que el PP
está tomando el pelo a todos los españoles con esos feroces
ataques contra instituciones y personas en un clarísimo
intento de confeccionar una espesísima cortina de humo que
oculte todo, absolutamente todo, lo que pretendieron,
pretenden y pretenderán en realidad.
En fin, por hoy termino ya que mi hijo pequeño está
reclamando, hace rato, que me ocupe de él en un día tan
señalado como es su cumpleaños, así que tendré que afrontar
la crisis y gastar euros en el pequeño, que se lo merece…
¡hasta otra!
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