Recuerdo que cuando era casi un
niño, en la prensa nacional, especialmente, y casi siempre
firmado por la agencia de noticias Cifra, aparecía una
sección que se denominaba Capítulo de Sucesos, en el que
aparecían lesiones, accidentes, alguna pelea callejera e
incidentes de ese tipo. De política no se podía hablar
entonces.
Eso ocupaba una parte, no mayoritaria, pero siempre tenía su
sitio y además, parece que, era muy leído. Había además
otras secciones más amplias, alguna llamativa, aunque la
mayor parte de ellas con el “tinte” del régimen. Era lo que
había.
Ahora el “tinte” de la democracia aparece, según en qué
empresa y, por tanto, según en qué medio, pero lo que se
está extendiendo más de la cuenta es ese “Capítulo de
Sucesos” que aunque enmascarado de nombre, domina la
información, en telediarios y en gran parte de la prensa
escrita.
Yo no sé si es que eso vende más, pero es que parece que es
lo que más destaca con una serie de adjetivos, que han
cobrado un nuevo significado y que los utiliza ya todo el
mundo, sin saber, en muchos casos, hacia donde se dirige,
pero sí muy ligados con la violencia, que puede servir de
cortina de humo para tapar la realidad de nuestros días, en
asuntos económicos.
No hay un solo informativo en TV, sea la cadena que sea, en
la que no encontremos, recreándose incluso con las imágenes,
la noticia del día sobre “violencia de género”, que parece
que con tanta difusión está incitando a que otros hagan lo
mismo.
Sin embargo, cuesta trabajo encontrar en prensa escrita o en
informativos de televisión, la noticia de que, por fin, los
componentes del legislativo se comprometen a aprobar una ley
que haga más duras las condenas para casos de violencia, por
ejemplo.
Ese podía ser un ejemplo, a nivel nacional, pero a nivel
local, aunque en otra dimensión, las cosas, también, con
frecuencia van por esos mismos derroteros, con lo que no es
extraño encontrarse en el mismo periódico y en el mismo día,
en portada, con esta variedad de asuntos:
“Dos detenidos por vender motos que parecía que ya estarían
desguazadas”. Es la primera, a la que sigue:” La UDYCO
libera a un marroquí secuestrado en la habitación de un
hotel de Ceuta”. ¡¡Más madera!!, y más abajo, pero en
portada :”El islamista detenido en Ceuta se enfrenta a una
petición de 9 años de prisión”. Otra más, para concluir con
algo un poco más agradable: “El juez de Ouazzane deja en
libertad al taxista de Ceuta, Abdeselam Ahmed”.
Es lo que hay y lo que parece que atrae, incluso en unas
fechas en las que la alegría o el enfado por no haber
logrado el primer premio en el concurso carnavalesco queda
un poco más oculto.
Vista así la realidad, difícil se lo ponemos a quien quiere
leer, o al menos “ojear” un periódico en el que lo positivo
se va ocultando cada vez más en los tiempos que vivimos.
¿Hasta donde se puede llegar?. Creo que poco lejos, puesto
que en estos momentos es complicado tratar con verdadero
sentido un tema de política actual. Más difícil es llegar a
dominar las técnicas para hacer un buen comentario de un
texto, hoy que tanto predomina el elogio a lo banal y poco
más.
Prensa, radio y televisión, son medios de comunicación, pero
si pueden servir para crear opinión que la creen en cosas
válidas y no sea el reciclaje del sermón de misa de 12 del
domingo, eso sucedía hace 55 años.
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