Y no de deportes marinos, ni de
actividades que sirvan para el recreo de quienes van
participando. Aquí estamos ante algo mucho más serio y
cuando hay seriedad en algo es raro que no esté de por medio
la Guardia Civil.
Cada día veo con mejores ojos las actuaciones de este cuerpo
que, en tierra, por mar e, incluso, por aire, siempre está
actuando en algo que, de inmediato, a medio o a largo plazo,
repercute, positivamente, a nuestro favor.
En esta ocasión, no podía ser de otra forma, tenemos que
hacernos eco de esa patrullera de la Guardia Civil que
colisionó con una lancha de narcotraficantes, tras una
arriesgada persecución en aguas del Estrecho.
Ni que decir tiene que “competiciones” de este tipo,
siempre, a priori, parecen favorables a los delincuentes,
por aquello de que el material que utilizan, para esquivar o
para burlar la ley, es inmensamente más competitivo que el
que usan las personas que, dependiendo de la administración,
tienen que recurrir, en todo instante, a su pericia y a su
profesionalidad para poder cumplir con éxito la función que
tienen encomendada.
Y en el punto de partida, una vez más, aparece, ¡¡ Qué
famosa se está haciendo!!, la isla del Perejil y sus
inmediaciones.
Bueno sería, con perdón de los progres de nuevo cuño que no
lo vean así, considerar como punto de referencia, para
ciertas actuaciones de este tipo esa isla y poner a
disposición, de quienes están trabajando, en sus
alrededores, material moderno, para con el mínimo riesgo
poder cumplir, aun mejor, sus funciones.
Una fuera borda, pues, fue detectada en esa ruta que lleva
hacia la Península. La lancha en cuestión, cuando fue
avistada por la patrullera, comenzó a arrojar la mercancía
al mar y trató de escapar a toda velocidad. No logró su
objetivo, porque la patrullera del Instituto Armado trató de
que se detuviera, con una serie de señales acústicas y
luminosas.
Los delincuentes lo tenían claro: no iban a hacer caso.
Trataron de zafarse de la Guardia Civil haciéndoles correr
riesgo hasta el último momento en el que ambas embarcaciones
colisionaron.
Una vez más se demostró la profesionalidad y la pericia de
los agentes que conducían la patrullera, gracias a lo cual,
ni ellos ni su embarcación sufrieron daño alguno, mientras
que los perseguidos, dos marroquíes sin documentación ¡¡
Faltaría más!!, cayeron al agua.
Un trabajo más para la Guardia Civil que tras esa
persecución tuvo que rescatarlos y traerlos hasta el puerto
ceutí.
Uno de esos marroquíes detenidos ha tenido que ser
trasladado al hospital de Cádiz, Puerta del Mar, en estado
grave. El otro, completamente ileso, está detenido por
“presunto” delito, contra la Salud Pública, además de
resistencia y desobediencia a agentes de la autoridad.
Y de la “mercancía”, en principio, ni rastro, es posible que
se pueda rescatar alguno de esos fardos que los
“presuntos”contrabandistas tiraron al mar, cuando se vieron
sorprendidos.
Parece que este tipo de incidentes se viene repitiendo más
de la cuenta y siempre son los mismos, la Guardia Civil,
quienes tienen que soportar el papel más duro, demostrando
una vez y otra que están y saben estar cumpliendo, de
verdad, con su deber. Si todos pudieran decir lo mismo
estaríamos a las puertas del paraíso .
|