Ayer se cumplió un mes desde que el autobús del centro
comenzó a funcionar por la calle Real. La solución, vista
como la más adecuada desde la Ciudad, pretende dar cobertura
a los más mayores. El gerente de la empresa Hadu Almadraba
dijo que son entre 70 y 80 personas las que utilizan a
diario el servicio, un cifra “ruinosa”.
José María Cuéllar, gerente de la empresa de autobuses,
ofreció ayer a este periódico los primeros datos recogidos
con respecto a la utilización del autobús de la línea 1, que
conecta la Plaza de la Constitución con el Recinto Sur,
pasando una vez cada hora por la calle Real.
Son entre 70 y 80 personas las que cada día se suben o se
bajan en una de las cuatro paradas de la calle Real (plaza
de los Reyes, Instituto Nacional de la Seguridad Social [INSS],
Azcárate o Maestranza), un cifra que Cuéllar considera como
“ruinosa” para un servicio de transporte público. Teniendo
en cuenta el uso que se le da a otras líneas de autobús,
como por ejemplo la que va a la frontera o la que se dirige
al Príncipe Alfonso, cuya ocupación puede alcanzar e incluso
superar estas 75 personas de media en cada trayecto, las
palabras de Cuéllas son entendibles. De cualquier modo, el
empresario matizó que no se ha planteado solicitar que se
interrumpa el servicio, ya que considera indispensable “dar
el servicio a estas personas”, en referencia a los mayores.
“No podemos dejar que vayan andando a sus casas después de
bajar para hacer las compras en el mercado”, añadió.
Las pérdidas de la empresa no se refieren únicamente a la
poca cantidad de personas que utilizan este servicio (no se
cuentan las que llegan hasta el Recinto Sur), sino al
desgaste que sufre el vehículo en su ascenso por Millán
Astray, una cuesta más empinada de lo normal y que necesita
de más de 200 caballos de potencia para subir debido al peso
del autobús.
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