La Delegación del Gobierno no responderá a la petición de
los comerciantes de cierre del paso del Biutz. No, por
ahora, según apuntó el propio delegado, José Fernández
Chacón. “No va a haber una respuesta porque seguimos
trabajando. La habrá cuando tengamos una solución”,
continuó.
Mientras, los comerciantes piensan ya en consultar a
abogados y juristas para ver si pueden emprender la vía
judicial para conseguir minimizar sus pérdidas.
Pasan los días y poco queda para el 4 de marzo. Será
entonces cuando se cumpla un mes desde que la Asociación de
Empresarios de los Polígonos del Tarajal (AEPT) entregó una
carta en la Delegación del Gobierno solicitando formalmente
el cierre del puente del Biutz si no era posible sacar fuera
de esta instalación privada el paso transfronterizo. Los
comerciantes deben saber que no existe intención del
delegado de responder a dicha petición, tal y como dejó
patente ayer. Mientras, estos siguen apurando el mes de
“cortesía” concedido a la Delegación para obtener una
contestación.
José Fernández Chacón, repitió aquello de “sin novedad”
respecto a las gestiones de la Delegación para satisfacer
las demandas de los empresarios. En base a esa falta de
noticias se argumenta la no contestación. “Cuando tengamos
una solución la daremos a conocer”, aseveró.
Es de destacar el hecho que supone que formalmente desde el
polígono se haya solicitado el cierre del paso del Biutz.
Hasta ahora todo habían sido conjeturas y palabras vertidas
por representantes de la instalación en los medios de
comunicación.
Perjudicados en el polígono
El presidente del polígono de la Chimenea, Ramesh
Chandiramani, recordó que muchas empresas se ven “seriamente
perjudicadas” por los efectos colaterales del paso del Biutz
y el tránsito de porteadores. No todas ellas en el entorno
del paso transfronterizo, aunque también. “No pueden abrir
por la aglomeración de porteadores. Otras no reciben
clientes por las dificultades de paso que tienen”, señaló.
Desde la Asociación de Empresarios del Tarajal repitieron
que no es de recibo que un paso transfronterizo de personas
y mercancías venga a dar a una instalación privada con unos
viales privados. “No puede ser que en nuestras calles haya
un paso con otro país”, remarcó.
La situación sólo hace que empeorar, según confirman desde
el polígono del Tarajal. Es por ello que el propio
Chandiramani reconoció que los empresarios están “cabreados
y arruinados”.
El verdadero problema, según dicen los propios comerciantes,
son los porteadores. La actividad y afluencia de los mismos
al polígono ha aumentado considerablemente en el último año.
“No puede ser que nuestras calles están pobladas a diario
con 10.000 personas cargando bultos”, espetó el presidente
del polígono de la Chimenea. Estas personas impiden, con su
actividad, la entrada de clientes a las naves. “¿Por qué
tenemos que aguantar eso? Que nos los quiten del medio”,
finalizó.
Si no obtuvieran respuesta los comerciantes piensan en
“otras fórmulas” para conseguir una solución.
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