PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 24 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Más confusión
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

La polémica asignatura EpC cobra en estos días actualidad. El Tribunal Supremo no admite la posibilidad de objetar contra ella, argumentando que sólo existe en la Constitución para el Servicio Militar o el aborto, pero deja claro que el Estado no puede hacer proselitismo.

La sentencia incluye cuatro votos particulares que disienten del fallo. Un fallo que concluye que “el derecho que los padres tienen a elegir la formación ideológica y religiosa de sus hijos no permite afirmar que tengan derecho a la objeción de conciencia en materia como Educación para la Ciudadanía, pero deja muy claro que EpC debe ser impartida respetando la neutralidad. En este sentido asegura que el Estado tiene la potestad y el deber de impartir los derechos fundamentales, pero la enseñanza “se debe limitar a exponerlos e informar sobre ellos con neutralidad, sin ningún adoctrinamiento, para respetar el espacio de libertad consustancial a la convivencia constitucional”.

Por otro lado el Supremo asegura que el hecho de que EpC sea ajustada a derecho, “no autoriza a la Administración educativa, ni a los centros docentes, ni a los profesores, a imponer o inculcar puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son controvertidas”.

“No debe ser la administración educativa quien se erija en árbitro de las cuestiones morales controvertidas”, dice la sentencia, que también afirma que al impartir EpC es exigible la más exquisita objetividad y el más prudente distanciamiento”.

La situación de EpC, para unos, encierra el “peligro” de adoctrinamiento ideológico del gobierno de turno, por lo que aparece la “objeción de conciencia, para impedir que sus hijos cursen la asignatura; para otros, es imprescindible la asignatura, y la clave está en quién y cómo se imparta, no en la propia existencia de la materia”.

Con independencia de temores, polémicas y valoraciones, en uno o en otro sentido, el hecho es que todos los sistemas educativos europeos incluyen con denominaciones diversas, la educación cívica o para la ciudadanía en los programas de Primaria y Secundaria, de acuerdo con la recomendación del Consejo de Europa que, en 2002, instó a que todos los niveles del Sistema educativo deben contribuir a la introducción de este concepto, ya sea a través de una materia escolar específica, o como tema transversal que impregne todas las asignaturas, donde la mayoría, aproximadamente un 70% de los países, lo hacen como materia separada.

Antes y después de la implantación de la asignatura, en varias ocasiones me atreví a exponer mi punto de vista sobre tan polémica materia y siempre dije y sigo diciendo, que el problema no está en la EpC, sino en la cantidad de textos que no van en la dirección de los objetivos -competencias se dice ahora- que se quieren conseguir. Hay temas que no están bien tratados como la familia, la sexualidad, la política… que son los que rechazan los padres.

Lo anteriormente expuesto y, el fallo del Tribunal Supremo, hacen que los padres, aunque les hayan negado el derecho a la objeción de conciencia, el TS también ha dejado muy claro que la asignatura se debe impartir con neutralidad y sin adoctrinamiento, por lo que los padres objetores se plantean otra estrategia: la objeción parcial contra la EpC. Ello supondría que los niños que la estudian sólo asistirían a la parte de la asignatura que hace referencia a los valores democráticos o la Constitución, pero se abstendrían de acudir a aquellos temas en los que se tratan asuntos morales o éticos.

La estrategia de los padres sería que tendrían que ver, previamente, los libros de textos para que sus hijos no acudiesen a esos temas. ¡Y, además, no serían evaluados sobre la materia! Como verá el lector, se trataría de un autentico lío. Pero hay más, todavía: los padres al considerar que los efectos de la sentencia podrían extenderse no sólo a EpC, sino también a otras materias que traten temas que puedan ser controvertidos o choquen con sus convicciones éticas y morales.

Es ahora, tras la sentencia, cuando se hace más necesario que nunca el diálogo con la administración, y seguir reclamando la oportunidad de alcanzar un consenso con toda la comunidad educativa, sobre el contenido, antes de seguir con el desarrollo de la materia.

Con toda seguridad que si los padres hubieran tenido acceso al libro del Profesor de Filosofía P.I. Moreno Girón, la polémica no hubiera existido, por lo que, los objetores, hubieran brillado por su ausencia. Se trata de una modesta obra, libro de texto, especialmente preparado para 2º de ESO, escrito con gran claridad, donde los temas –unidades didácticas, 10 en total- son tratados con la única intención de satisfacer todas las tendencias. Destacan “qué es la ciudadanía”, “resolución inteligente de conflictos”, “Declaración de los Derechos Humanos”, “la democracia y sus instituciones”, “el Estado Español y los servicios públicos”, “igualdad y diferencias en la vida social”, “la sociedad mundial y la globalización”… libro con numerosas actividades individuales y en grupo.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto