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OPINIÓN - MARTES, 24 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / SNIPER

Larga espera en Uazzán
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Son las 16.45 locales y les escribo sobre la marcha, en un café frente a los Juzgados de Uazzán. Acabamos de salir de la vista y la familia de Abselám Hamed Larbi está tensa, con la conciencia tranquila pero a la expectativa, esperando la sentencia que sabremos en media hora. Estamos en la ciudad desde las 10 de la mañana, recabando información con su abogado quien, a las 12.10, nos aseguraba que había un 90% de posibilidades de que Abselám volviera a casa con los suyos. La soleada mañana transcurrió lenta, parsimoniosa... Al pie del yebel Bouhlal, Ouazzán bullía de vida mientras hacia el norte, en el horizonte y tras los campos que empiezan a verdear, brillaba la nieve en las cimas del Rif. También pudimos departir con los dos agentes de la Gendarmería Real que participaron en el “affaire” quienes, con un brillante y contundente informe, demostraron la inocencia del taxista ceutí. De hecho y en confianza estos hombres, avezados profesionales, lo vieron claro desde el principio: Abselám no tenía, ni por asomo, ningún perfil de delincuente. Por lo demás han mostrado, en todo momento, una actitud humana y acogedora con la familia, que excede desde luego a sus meras obligaciones. En cuanto al enrevesado funcionamiento en el “affaire” de Bab Sebta, en El Tarajal… lo dejaremos para mejor ocasión. Lo importante ahora es que Abselám salga en libertar, por la puerta grande y vuelva a casa. ¡Ya está bien!.

La vista se hizo esperar. La sala, moderna y funcional, se abrió casi con puntualidad inglesa, a las 14.10 y, tras trece cansinas vistas orales, le llegó el turno a las 16.00 a Abselám: sereno y con porte, llevando un pantalón vaquero, camisa a cuadros azul y blanca y una chaqueta oscura, Abselám respondió diez minutos, con tranquilidad y la cabeza alta, al interrogatorio del juez. Vino luego el turno del abogado, Mohamed Ghoudane, quien durante veinte minutos se batió el cobre delante del jurado: documentado, aportando pruebas periciales e incluso lo publicado por la prensa en Ceuta (este lunes el semanario tetuaní “Tamuda” dedica dos artículos, en español y árabe, al asunto), modulando la voz, gesticulando en ocasiones, susurrando acercándose al estrado en otras, la verdad es que Ghoudane (cuya minuta fue al final de mil euros) se empleó a fondo, emplazando de vez en cuando al jurado con una muletilla: “¿Me oyen ustedes bien, se dan cuanto de las pruebas irrefutables que aportamos sobre la inocencia de Abselám Hamed Larbi?”. La tramoya de “Bab Sebta” salió también a relucir... El Fiscal del Rey, sentado en una esquina del estrado a la derecha del Juez (con el que de cuando en vez intercambiaba significativas miradas), tomaba notas no perdiendo una palabra del brillante alegato del abogado Ghoudane, quien iba y venía por la sala. Hago un paréntesis. Aun no sabemos nada, ¡pero Abselám debe quedar ya libre!. Gendarmes y abogado coincidían hace un rato: nadie entiende como Abselám, con información solvente sobre la mesa, no fue puesto en libertad a las 48 horas de haber sido detenido.

18.45 locales. Corremos hacia el Juzgado. Tras el ritual de turno, el joven juez pronuncia la sentencia absolutoria. ¡La Justicia marroquí ha funcionado!. Abselám recibe la noticia asomado a una puerta, entre dos policías; Ouarda, su esposa, a duras penas contiene la emoción. 19.20: una fresca brisa peina el altozano sobre el que se encuentra la cárcel de Uazzán, sobre la carretera de Fes-Mequinés. La familia se apiña a la entrada. Son las 22.00 hora de Ceuta y Abselám no tardará en salir por la puerta grande, absuelto y en libertad. La pesadilla ha terminado.
 

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