Ambiente de fiesta, de risa y de guasa, de pasodobles y de
estribillo. La primera edición de La Callada, organizada por
la Asociación Cultural Las Etiquetas y el pub No lo sé,
estuvo muy bien acogida por los ceutíes, que desde la una de
la tarde hasta caída la noche disfrutaron de los simpáticos
repertorios de las diferentes agrupaciones carnavalescas.
Autores y componentes, a pesar de las pocas horas de sueño,
pasaron por las tablas del Poblado Marinero y como ocurre en
esta fiesta, las críticas hacia el veredicto del jurado
tampoco faltaron a la cita. Eso sí, entre bromas e ironía en
la celebración popular.
Tras una noche de Carnaval y papelillo en el Siete Colinas,
el ambiente de fiesta salió a la calle, y lo hizo, con la
primera edición de ‘La Callada’, una nueva cita organizada
por la Asociación Cultural Las Etiquetas y el pub No lo sé,
con una gran aceptación y respaldo de un notorio público
ansioso por los chistes de la fiesta.
Desde la una de la tarde y hasta la caída de los rayos del
sol, el patio central del Poblado Marinero fue el escenario
de pasodobles y estribillos, parodias y comedias que en
múltiples ocasiones despertó la ovación de todos los
aficionados. Sin olvidar que los más pequeños vieron la
primera opción para colocarse sus disfraces y llamar la
atención de los presentes.
Raciones de carne en salsa y callos, cervezas y copitas, le
aportaron el broche de oro a la cita carnavalesca, que
además gozó de un caluroso Lorenzo par una jornada de
domingo. Aunque fueron los últimos en aparecer por el
recinto debido a las escasas horas de sueño, algunos sin
haber pernoctado, sobre las tres de la tarde comenzaron a
llegar las agrupaciones. Y en escaso tiempo, se apoderaron
de las tablas deleitando a los ceutíes con exquisitas letras
que alzaron las carcajadas.
Sin olvidar la crítica
Como nunca llueve a gusto de todos, las observaciones hacia
el veredicto del jurado se hicieron presentes. Aunque eso
sí, autores y directores, músicos y vocales coincidieron en
que el listón “está cada vez más alto”, por no olvidar el
disfrute y la diversión que se desprenden de un concurso que
alcanzó altas horas de la madrugada.
“Nos lo pasamos muy bien, salimos muy tranquilos y nos
divertimos. Para el año que viene queremos seguir haciendo
reir a la gente con nuestro tipo”, explicó Javier Barriento,
letrista de Los Siameses. Otros, por su inexperiencia y su
reciente incorporación al mundo del Carnaval, sólo
apreciaron el placer de cantar. “Nos bajamos muy contentos
del escenario y como sólo llevamos dos años de vida, para
nosotros los premios son secundarios”, argumentó Cristian
García, director de Los Mimaos. La presencia de la mujer en
el mundo de la fiesta cobra cada vez más vida, y así lo
demostraron las componentes de la comparsa Doña Cuaresma,
que además se alzaron con el tercer premio del concurso. “La
verdad es que el nivel está cada vez más alto; tengo el
gustazo de que mis niñas se llevaran el tercero y con eso
estoy pagado”, confesó Josemi Romero, autor de Doña
Cuaresma, Los muertos de Ceuta y De momento un invento.
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