Según me cuentan ha sido
impresionante el despliegue en Bouznika, veraniega localidad
a caballo de Rabat y Casablanca, del primer congreso
nacional del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM),
fundado oficialmente el pasado 7 de agosto de 2008 como
fruto de la dinámica lanzada por el influyente Fuad Alí El
Himma, ex ministro Delegado de Interior y amigo personal de
Mohamed VI, a través de su controvertido “Movimiento de
todos los Demócratas”. Al primer congreso del PAM, celebrado
bajo el estudiado lema “Marruecos mañana, en toda
confianza”, han asistido 5000 compromisarios venidos de todo
Marruecos, en lo que ha sido un salto cuantitativo de
importancia. ¿Partido de cuadros o partido de masas?; aun es
pronto para decirlo, pero de entrada El Himma ha sabido
jugar sus cartas liderando en esta nueva formación política
en el panorama marroquí a cinco formaciones diferentes:
Partido Al Ahd, Partido Nacional Demócrata, Partido del
Medioambiente y el Desarrollo, Partido Iniciativa Ciudadana
para el Desarrollo y Alianza de las Libertades. En cualquier
caso parecen claras tres cosas: primero, el innegable corte
“makhzeniano” del mismo, pues no en vano El Himma es apodado
“El ojo del Palacio”; en segundo lugar su ideología
centrista, comprometida con las libertades y prooccidental;
finalmente, su intención de aglutinar una gran formación
política como alternativa de gobierno que, por un lado, se
presenta como substituto de los desgastados partidos
tradicionales y, por otro, se perfila como freno al avance
del islamismo parlamentario, con el que estaría directamente
enfrentado.
SI bien el resultado de la incursión del nuevo partido
político de El Himma en las elecciones legislativas de
septiembre pasado fue más bien discreto, tres escaños,
podría capitalizar en el próximo encuentro electoral
previsto para el 12 de septiembre, tanto el profundo
desencanto de la población con el mediocre e inoperante
Gobierno de El Fassi, como el miedo de una buena parte del
electorado marroquí a las eventuales consecuencias en la
práctica social del avance de la “referencia islámica” del
PJD de Benkirán.
En cuanto al caso de Abdeslám Hamed Larbi, el taxista ceutí
preso en Uazzán, si nada se tuerce la semana que viene
podría ya descansar de la pesadilla vivida en compañía de
los suyos. Es decir, que considero inminente su puesta en
libertad. Será entonces el momento oportuno de pisar el
acelerador erradicando, a un lado y otro de la frontera, una
tupida red de contrabando de vehículos. Este escribano dará,
una vez más, un paso al frente echando una alfombra
mediática por la que las fuerzas de seguridad españolas y
marroquíes puedan entrar a paso ligero, sin dilación ni
disculpas, a saco. Por ejemplo en el negociete-tapadera, con
sabor a salitre, de un gestor sin escrúpulos de ario apodo.
Apuntando bien por aquello de los daños colaterales, porque
el turbio asunto en el que se ha visto envuelto Hamed Larbi
bien pudiera arrastrar, en su caída, a más inocentes. No les
escribo al albur, documento y selecciono mis fuentes.
Abdeslám fue esta vez la víctima propiciatoria pero mañana,
amigos lectores, podemos ser cualquiera de nosotros. Así
que, ¡Fuenteovejuna! habría gritado entre la multitud caso
de haber ido, de turismo naturalmente, el pasado viernes a
la región de Rabat. Seguro que los ecos del ¡Todos a una!,
clamados por ocho gargantas, le habrían llegado a un
influyente y ambicioso político, con mucha carrera por
delante, amigo personal del Soberano alauí.
|