Melilla cuenta con un total de veintiun alumnos ciegos o con
una deficiencia visual grave. Con el objetivo de que la
comunidad educativa y, en general, la sociedad melillense se
conciencie con las necesidades de estas personas y se
contribuya a su integración psicosocial, se llevan a cabo
desde hace un total de siete años la llamada Semana del
Alumno Ciego o Deficiente Visual que desarrollan la Once en
Melilla y la Dirección Provincial de Educación.
Desde este lunes se viene desarrollando la séptima edición
de la Semana del Alumno Ciego o Deficiente Visual Grave, que
incluye toda una serie de actividades de concienciación así
como distintos concursos artísticos que se fallarán la
próxima semana. Un total de ocho centros de Infantil,
Primaria y Secundaria, en los que precisamente hay alumnos
con problemas grave de visión, están participando
activamente en la programación: Mediterráneo, IES Reina
Victoria Eugenia, Pintor Eduardo Morillas, Enrique Nieto,
Anselmo Pardo, Reyes Católicos y Centro de Educación
Especial Reina Sofía.
Concienciar
El director provincial de Educación, Miguel Heredia, explicó
que ésta es una semana "divulgativa y de sensibilización"
que se repite por séptima ocasión gracias al éxito con el
que se viene desarrollando. "Los objetivos son claros:
concienciar a la comunidad educativa y facilitar la
integración de los escolares con graves problemas de
visión". Heredia, que se mostró satisfecho por la
participación que se viene dando en todas las ediciones,
recordó que en la red de centros de Melilla hay
escolarizados 21 niños (entre los tramos de Infantil a
Secundaria) con esta discapacidad y que todos ellos reciben
los apoyos educativos que precisan.
Remedios Rodríguez y Laura Soler, son dos de las profesoras
de refuerzo que recorren cada día los centros escolares para
ayudar a este grupo de alumnos con necesidades especiales y
que también se están encargando de conducir, junto a otros
compañeros, las actividades que se están realizando a lo
largo de la Semana del Alumno Ciego, una iniciativa que
consideran todo un acierto por la importante "campaña de
concienciación que se lleva a cabo".
Precisamente la Semana "surge por necesidad de concienciar a
la sociedad y de trabajar con el resto de la comunidad
educativa para que 'se pongan en la piel' del compañero con
problemas de visión, para que vean qué instrumentos utilizan
en clase, para leer o escribir o cómo se desenvuelven en la
vida cotidiana. Se busca que valoren las dificultades. La
intención es lograr una comunidad educativa más humana".
En la planificación de la Semana se han diseñado actividades
en función de la edad de los alumnos receptores. Así, con
los pequeños se organizan gymkhanas de los sentidos donde se
tapa los ojos para que descubran con el tacto o el gusto,
una serie de objetivos, y también se les conciencia a través
de historias que narran los cuentacuentos. A los alumnos de
Secundaria se les imparten charlas de sensibilización.
Aseguran ambas profesoras que desde su arranque hace siete
años, en las sucesivas ediciones de la semana se ha
producido un aumento tanto en la participación como en la
concienciación del alumnado melillense con relación a las
necesidades de los compañeros con problemas de visión. "Todo
era más dificultoso al principio, pero ya es algo familiar,
habitual", aseguran. Algo similar se da en la sociedad
melillense: "la sociedad reacciona con extrañeza ante
cualquier situación nueva o que desconoce. Por ejemplo
sorprendían los instrumentos de orientación que utilizaban
las personas ciegas para ir por la calle, pero cuando esto
se ha convertido en algo habitual, la persona con
discapacidad pasa a ser un ciudadano más, que es el fin que
buscamos, la integración total".
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