Me paseo por Valencia, en visita a
la familia política, y en sus calles encuentro a gente
pasota. No les interesa la política que se cuece en sus
dirigentes autonómicos. Están por y para las próximas
Fallas, aparte de “su” Valencia, el equipo de fútbol.
En un bar de Chiva sigo con interés la puesta en escena del
presidente de la Generalitat Valenciana… sonrojo a más no
poder.
Si la fiscalía encuentra indicios de su posible implicación
en la presunta trama de corrupción, el presidente valenciano
sale por peteneras con versos en vez de contestar a las
preguntas de la oposición.
No dejó claro, porque no respondió, si se acercan los
razonamientos de Garzón sobre su implicación y como mucho
soltó un poema que pertenece a Kent M. Keith y que reza “Si
eres bueno, la gente te tachará de individualista y boato. A
pesar de todo sé bueno”.
Hace poco visioné una parte de la serie del famoso Dr. House
televisivo en la que participaba un mecenas que había donado
al Hospital unos 100 millones de dólares. Este mecenas, de
apellido Vloger, se metió en el hospital como si fuera suyo
y empezó a dar órdenes y más órdenes empezando por despedir
a la gente, precisamente a los mejores del cuadro médico,
porque le salía de los cojones. Que los pacientes se
murieran por su culpa era lo de menos. El mecenas había
donado dinero y quería estar en el ajo… ¿no es esto lo que
ocurre por estos pagos en referencia a la política?
Parece de chiste esa comparecencia del presidente
valenciano, lo que no es ningún chiste es la próxima visita
del alcalde de Nueva York a Lepe. Ha aceptado la invitación
del alcalde lepero y repito que no es un chiste. El pueblo
de Huelva se va a engalanar como si volviera a los tiempos
de la postguerra, o séase al Plan Marshall.
Bueno, ya tenemos un nuevo político poeta que pretende
arreglar un mundo loco por medio de los versos.
Ahora me toca hacer un repaso de conciencia. Hace días
escribí un artículo cuyo título era “Educar a todos” y en el
que hacía mención a un partido político de nombre “Ciutadans
pel Canvi” (CpC).
Pues bien, cuando escribí el mencionado artículo no tenía en
mi cabeza involucrar a este partido sino al que está formado
por ex peperos y de tendencia ultraderechista que usa el
mismo nombre más o menos. Así lo entendieron los dirigentes
de CpC en su escrito que me han dirigido.
Obviamente CpC no comparte la línea ideológica que yo
atribuía al otro partido, sino que es una plataforma socio
política transformada en asociación política, como los
dirigentes de la misma me manifiestan, y cuyo objetivo
principal era apoyar la candidatura de Pasqual Maragall,
quién por otra parte fue mi jefe cuando estaba en la
alcaldía de Barcelona.
Como no deseo que se sigan entendiendo a este partido, CpC,
como el que hacía alusión, aclararé que se dedica, a través
de plataformas territoriales distribuidas por toda Catalunya,
a fortalecer la democracia, devolviendo la política a los
ciudadanos y luchar contra todas las formas de exclusión
social. Persigue el impulso del autogobierno de Catalunya
dentro de una España federal.
Con todo, quedo desahogado del supuesto malentendido ya que
me refería al partido que lidera Albert Rivera y que no
tiene absolutamente nada que ver con CpC. Le agradezco
sinceramente a los dirigentes de este último partido su
misiva.
De los otros, podría decir que son capaces de exclamar “…
cuando me asomo a la ventana, catalanes con palos corriendo
veo, detrás de castellano parlantes…”, puestos así, pueden
ir esos a inflar negativos.
Como ejemplo, mi hijo pequeño, que pasó un año largo
asistiendo a una escuela de la ciudad que se declara más
española que ninguna, sigue ahora hablando castellano en su
escuela catalana mezclándolo con el catalán pero atendiendo
en castellano. ¿Lo entienden?, yo no.
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