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OPINIÓN - VIERNES, 20 DE FEBRERO DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

Julián Domínguez
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Hace un año que le dediqué yo una columna al coordinador territorial de Unión Progreso y Democracia de Ceuta. Motivada por unas declaraciones donde se quejaba amargamente del poco interés que la campaña electoral de su partido había despertado en los medios. Y arremetía contra el bipartidismo reinante.

Y a mí me faltó tiempo para responderle que lo sorprendente hubiera sido que los medios se hubiesen volcado con el proyecto de Rosa Díez. Por razones obvias. Pero mi rápida contestación fue más bien con ánimo de entablar relaciones con alguien de quien tenía las mejores referencias en todos los sentidos. Y pensé que a lo mejor conseguía tirarle de la lengua al que califiqué de político bisoño. Y acerté de plano.

Porque a los pocos días se dirigía a mí en un artículo tan bien construido como exquisito en el trato. Y, claro, me di cuenta de que era verdad todo lo bueno que de Julián Domínguez se me había dicho. Y allá que con gran celeridad volví a dedicarle otro oasis. Mucho más acorde con los merecimientos de un político a quien sólo me faltaba la oportunidad de conocerle personalmente, a fin de conversar con él distendidamente.

Mas iba pasando el tiempo y la ocasión no se presentaba. Si bien es cierto que el partido de Rosa Díez calaba cada vez más entre los ciudadanos. Debido a que ella se nos fue apareciendo como una mujer valiente, con don de gentes, y teniendo como escudos a unos intelectuales de enorme categoría.

Con una portavoz así, dueña de una retórica buena, hasta el momento, con el fin de que los ciudadanos entiendan perfectamente el mensaje que a ellos les beneficia, no me cabe la menor duda de que Domínguez, como otros coordinadores, se habrán visto estimulados hasta el punto de estar convencidos de que UPyD puede alcanzar resultados extraordinarios, por más que haya sido fundado más o menos ayer.

Y mira por dónde, el miércoles pasado coincidí con Julián Domínguez en el habitáculo donde yo esperaba que se me permitiera acceder a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de la Cruz Roja. Y sus primeras palabras fueron las siguientes: ¡Menos mal que, al fin, hemos podido vernos...!

A partir de ahí, JD me puso al tanto de cómo va aumentando el número de afiliados en su partido. Me habló con entusiasmo de los muchos actos a los que asiste y del fantástico trabajo que vienen desempeñando los que han dado en llamarse amigos de UPyD de Ceuta. No se cortó lo más mínimo al recordarme que sigue echando de menos la prensa independiente. Si bien reconoce que, pese a tener tan pocas posibilidades económicas y otras carencias indudables, se consuela al comprobar que el partido va creciendo sin prisas pero sin pausas. Y así podría haber estado mucho más tiempo enumerándome todo lo bueno que le ha ocurrido a UPyD desde su nacimiento.

Y, cuando estábamos a punto de despedirnos, sacó a relucir que dentro de unas fechas volverá a disfrutar vistiendo el uniforme militar. Por su condición de reservista como alférez médico. En fin, que se me pasó volando el tiempo que estuve conversando con Julián Domínguez. En realidad, éste me ha confirmado que cuesta menos trabajo ser agradable que desagradable. Nota alta, pues, para el coordinador territorial de UPyD de Ceuta.
 

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