Con el referente evidente de la
aprobación por unanimidad de los últimos Presupuestos
Generales de la Ciudad para este año, los partidos políticos
con representación institucional en la Asamblea dieron ayer
un nuevo ejemplo de capacidad de llegar a acuerdos
trascendentales en beneficio del interés general de los
ceutíes. Lo hicieron, primero, a la hora de dar su visto
bueno al paquete de 34 medidas (44 con la decena aportada
por el PSOE) presentadas por el Ejecutivo autonómico para
diseñar el modelo económico de la Ceuta del futuro,
propuesta ante la que UDCE-IU se abstuvo, en buena medida
por el malestar que generó en su seno la negativa del
Gobierno ceutí a introducir la necesidad de pedir a Bruselas
la catalogación de la ciudad como región ultraperiférica, un
imposible legal que Márquez y Martínez regatearon para
incluirlo como la voluntad de reclamar algún tipo de estatus
similar. Después, y esta vez sí sin ninguna fisura,
populares, localistas y socialistas refrendaron por consenso
una moción defendida por Mohamed Ali sobre la oportunidad y
conveniencia de que Ceuta se sume a las celebraciones por el
Día Internacional de la Lengua Materna que la UNESCO
institucionalizó en 1999. Pocas ciudades en el mundo pueden
preciarse de tener tres o cuatro lenguas maternas con una
presencia significativa en una población de apenas 70.000
habitantes. Desperdiciar ese patrimonio y esa riqueza sería
imperdonable y así lo corraboraron en sus intervenciones
tanto el portavoz de UDCE-IU como su homóloga del Gobierno,
Yolanda Bel, que invitó a Ali, con quien coincidió
plenamente a la hora de dejar claro (como no podía ser de
otra manera) que el castellano es y seguirá siendo la única
lengua oficial de la ciudad. Pero Bel quiso ir aún más allá
y llamó a la oposición a pasar del concepto de
multiculturalidad al de interculturalidad [la interacción
entre culturas de una forma respetuosa, horizontal y
sinérgica]. Ese es el mejor mensaje que podía lanzar la
Asamblea para celebrar el Día Internacional de la Lengua
Materna.
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