Por fin, cuando había serias
dudas, en distintos ámbitos de la sociedad sobre si desde la
judicatura se iba a ir a la huelga o no, en la fecha que
desde el primer momento se había barajado, una parte de los
magistrados ha ejercido su derecho a la huelga, la primera
en este cuerpo.
Mirándolo bien esta no es una huelga cualquiera, puesto que
uno de los poderes el judicial, le dice a otro, el
ejecutivo, que no están de acuerdo con aptitudes o
tratamientos en las condiciones en las que están trabajando
los jueces.
Cuando estoy escribiendo, a las cinco de la tarde de
miércoles, no sé con exactitud el tanto por ciento que han
participado en esta huelga, cosa que por otra parte siempre
habrá diferencia en las cifras que se den desde una y otra
parte, pero lo cierto es que esa huelga se ha dado, y ese
número que han secundado esta huelga, sea el que sea, es
algo que habrá que tener en cuenta, en una sociedad como la
nuestra en la que tantas cosas faltan y a la que no se dota
de lo necesario cuando más falta hace.
Y que sabían perfectamente a donde iban los jueces, mejor
que en cualquier otro tipo de problemas de este tipo, en los
que hay veces que la libertad para hacer uso de estos
derechos se rompe, por quienes no toleran cualquier punto
discordante con el suyo propio, está en el hecho de que aquí
los llamados servicios mínimos se han mantenido, las
urgencias se han mantenido y, por tanto, no podemos hablar
de una huelga salvaje desde ningún punto.
Y de toda la jornada, en un día que por cuestión de salud
tuve que estar toda la jornada en casa, con lo que pude ver
todas las televisiones, y oír casi todo lo que se decía en
las emisoras de radio, lo que más me sorprendió fue ver como
el propio ministro de Justicia se había tomado esta decisión
de los jueces.
Me sorprendió que dijera que estos problemas suscitados en
los últimos años no se pueden solucionar en dos días. Habla
de otros problemas que no se podían haber solucionado hoy,
pero sí en julio, y del último aspecto informático que se
podrá tener ultimado al final de la legislatura.
Las palabras del ministro, en el día en el que por primera
vez van los jueces a una huelga, parecen muy tendentes a
solucionar lo que le están pidiendo , pero los jueces
anunciaron la posibilidad de esta huelga hace ya tiempo y si
han ido es porque no habrán visto ningún avance en lo que
pedían.
Por otra parte en estos treinta últimos años en el poder,
para haber ido solucionando esos problemas han estado:
Desde 1977 a 1982 la UCD, que bastante tenía con ir
sorteando el desmontaje del antiguo sistema, para poner en
marcha, de verdad la democracia. Fueron cinco años.
Desde 1982 hasta 1996, el presidente del Gobierno y casi
siempre con mayorías absolutas fue Felipe González, del
PSOE, con quien se asentó y estabilizó la democracia, 14
años.
Desde 1996 hasta el 2004 gobernó el PP, con Aznar como
presidente y una legislatura sin mayoría absoluta, aunque la
otra si tuviera esa mayoría, fueron 8 años.
Por último, desde 2004 hasta hoy, otra vez el PSOE con
Rodríguez Zapatero, como presidente y de esos años varios de
ellos, con el actual ministro de Justicia, cuya labor serán
los jueces los que mejor puedan analizar.
Malos días, pues, para el actual ministro de Justicia.
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