El próximo sábado si el tiempo no
lo impide se celebrará, en el Siete Colinas, el concurso de
comparsas, chirigotas y cuartetos del Carnaval ceutí. Una
fiesta, esta del dios Momo que cada día cuenta con más
adeptos en nuestra tierra aunque, con el paso del tiempo,
debido a ciertas actuaciones de algún manda de pacotilla, la
cabalgata ha ido perdiendo personal dispuesto a disfrazarse
y pasarlo bien.
Además de la actuación del manda de turno, que tanto daño
hizo al carnaval, hay que valorar que en los momentos
actuales no hay locales donde, después de la cabalgata,
seguir disfrutando de la fiesta, en aquellos bailes que se
organizaban en los distintos locales sociales, algunos de
ellos ya desaparecidos, como son los casos del Centro de
Hijos de Ceuta o de la Unión África Ceutí, entre otros, e
inclusive la no existencia de la “carpa” que se instalaba y
donde había baile, para seguir disfrutando del carnaval.
Si cuando finaliza la cabalgata, usted no puede seguir
disfrutando de su disfraz en algunos de esos bailes que ya
no existen, qué es lo qué le queda, volver a casa, quitarse
el disfraz y hasta el próximo año. Alguien debería hacer
algo para solucionar este problema. Sin señalar que está una
jartá de feo. A servidor que lo registren.
El carnaval, aunque haya quien piense lo contrario, como he
escuchado decir en el programa de Jaramillo a Téllez, buen
carnavalero por cierto, no es de los carnavaleros, es de
todo el pueblo de Ceuta que, precisamente, es quien paga los
carnavales.
Querer o desear que los carnavales sean para los
carnavaleros es un error de bulto pues si, a los mismos, le
quitamos la subvención que da la Asamblea para que se puedan
celebrar, difícilmente tendríamos concurso de carnavales.
El carnaval es una fiesta del pueblo y para el pueblo que,
en definitiva, es el que paga y los mantiene, Que nadie
olvide que ese dinero sale del bolsillo de todos los
contribuyentes incluido, por supuesto, el bolsillo de los
carnavaleros.
Ante ello, al pregunta que nos podemos hacer, si ese
carnaval o esos concursos son para los carnavaleros es, de
dónde van a sacar el dinero para pagar todos los gastos que
ellos conllevan. Sin ese dinero que da la Asamblea de
subvención para la fiesta del dios Momo, sería poco menos
que imposible la celebración de los mismos.
No, no queramos ser más papista que el Papa, y convertirnos
en Juan Palomo, “yo me lo guiso, yo me lo como”. Sería una
estupidez que las agrupaciones actuaran sólo para ellos y
sus seguidores. El fracaso sería total y, además, estaría
asegurado.
Vamos a dejar, por el bien de todos, las cosas como están y
que la Asamblea siga subvencionando el concurso de carnaval,
la cabalgata y demás cosilla que arrastran los carnavales.
Querer que los carnavaleros sean juez y parte en el asunto,
es absurdo.
Y ni te cuento, serrana del alma, la que se iba armar a la
hora de que los ganadores del concurso, tuviesen que ser
elegido por los propios carnavaleros,, teniendo en cuenta de
que el carnaval fuese sólo de ellos y para ellos.
El carnaval, insisto, es del pueblo y para el pueblo. ¿O no?
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